La prodigiosa operación rescate que el Instituto Nacional de la Música (Inamu) está haciendo sobre el catálogo de Music Hall, ahora fue por Metegol, el sexto disco de Raúl Porchetto, cuya edición original data de 1980. El hecho quedó definitivamente consumado anteayer cuando el principal protagonista presentó la buena nueva junto al guitarrista Alejandro Guyot y el bajista Alfredo Toth quienes, junto a Willy Iturri (G.I.T., o sea) fueron la banda base del rescate. “Que alegría, que orgullo poder contar hoy aquí, con estas tres jóvenes promesas de la música nacional, para hablar de lo último de Raúl Porchetto”, abrió en clave de chiste Diego Boris. “Metegol es un disco que cambió la lógica de producción de discos en la Argentina, muy reconocido por los músicos, por los colegas. Fue como un disco del futuro”, introdujo el presidente del INAMU, antes de cederles la palabra a los músicos. 

El primero en hablar, lógico, fue el mercedino. “Más allá de este disco puntual, no me canso de repetir la seminal importancia que tiene el hecho de haber recuperado este catálogo, porque el cancionero de este país es muy importante”, dijo Porchetto en general. Y luego pasó a lo particular: el disco en sí. “En ese momento teníamos todo un concepto de producción, de sonido… acompañábamos a la cantante Zezé Motta para poder comprar equipos nuevos, recuerdo, porque teníamos la idea de sonar diferente de lo que se sonaba entonces. Se estaba dando un cambio a nivel planetario, quiero decir, y nosotros queríamos que sucediera acá. Y lo logramos en forma colectiva”, manifestó el músico. Acto seguido, llegó el testimonio escueto de Toth: “La foto de la tapa del disco refleja fielmente lo que pasaba entonces entre nosotros. Recién se armaba la banda y estábamos en un momento increíble, muy felices… y el disco, bueno ¡es un discazo!”, sentenció el bajista. 

“Si, yo ya no puedo tocar así”, se plegó Guyot, que cuando se sacó la foto de tapa venía de pasar un día entero en cana, paliza incluida, tras la famosa razzia pos show de John McLaughlin en el Luna Park (agosto de 1980). La foto, precisamente, fue obra de Rubén Andón, que se sumó a la charla para hablar de la veta fotográfica. “Hicimos muchas fotos en diferentes días… y jugamos mucho. Cuando vimos todo el material, había dos fotos que nos gustaban mucho, y que son las que quedaron en la tapa y en la contratapa. Respecto de la foto interna de la nueva edición (los cuatro producidos como diferentes personajes, en sepia) fue fruto de una revisión de negativos que yo conservaba de aquellas sesiones, y de un arduo trabajo de reconstrucción. De golpe me apareció esta foto hecha en seis por seis y dije ´acá está, la encontré´”, evocó el fotógrafo. En rigor, aquella foto (además de la consabida y necesaria remasterización sonora) es una de las novedades de la reedición de Metegol. “Las tapas y la gráfica en general eran muy importantes para nosotros, tanto como la música. Teníamos ese concepto estético y grupal. La foto tenía que reflejar un trabajo colectivo, quiero decir”, sostuvo Porchetto, acerca de otra de las aristas del trabajo que, además de los embrionarios GIT, recibieron los aportes de Charly García (que en la lámina interna figuraba como Charlie) en “Metegol” (el tema) y “Aquí, el planeta”. En ambos, García tocó uno de sus instrumentos mimados de la época: el oberheim polifónico. También participaron León Gieco, que metió voces en “Empezando la vida”; y Juan García Haymes, en “Todos contra todos”. 

La presentación de la reedición culminó con Porchetto improvisando una versión de “Truenos y rayos”, junto a “Algo de paz” una de las canciones emblemáticas de aquel trabajo que operó como llave de entrada a la new wave y al pop británico en el rock argento de entonces, además de engendrar un monstruo sonoro (G.I.T) que luego explotaría como la banda sostén del Charly García de Piano Bar. La reedición fue festejada vía wasap por Goy Karamelo, que recordó parte de su infancia atravesada por el trabajo recuperado. Por Juanse, que reconoció al disco como influencia. Y por el mismo Iturri (cuyo apellido, en la lámina interna de “Metegol”, empezaba con “Y”), a través de un videíto que envió desde Chile. “Para mí, Metegol es un álbum muy importante para el rock nacional, y vos lo sabés”, le dijo el baterista a Porchetto.

La resurrección vinílica de Metegol pasa a engrosar la lista de los discos de Music Hall recuperados mediante la incansable labor del INAMU que ya incluye los siete volúmenes de “Pappo’s Blues”, Tiempo de Resurrección, Mañanas Campestres e Inti Raymi, tríada impresionante del Arco Iris de los setenta; Los Gatos Salvajes, el Volumen 1 de Billy Bond y la Pesada del Rock and Roll, Nayla de David Lebón, y Unidad de Miguel Cantilo, entre otros. Y, por supuesto, va por más. Tiene para elegir, claro, entre los dos mil quinientos que le arrebató al olvido.