La muerte de Osvaldo Bayer causó conmoción entre quienes conocieron y admiraron al autor de Los anarquistas expropiadores. A 24 horas de su fallecimiento, las redes comenzaron a moldear un homenaje: que la calle Ramón L. Falcón lleve el nombre del escritor y periodista. Así, se cambiaría el nombre de un represor por el de un defensor de los Derechos Humanos.
Falcón fue el jefe de la Policía Federal y un feroz perseguidor de inmigrantes, socialistas y anarquistas. La represión durante la llamada Semana Roja, en mayo de 1909, le valió el repudio por las decenas de muertos y heridos. Falcón fue muerto por el anaquista Simón Radowitzky el 14 de noviembre de ese año, y se convirtió en el mártir por excelencia del régimen conservador. Entre los homenajes a su figura destacaron ponerle su nombre al instituto de formación de la Policía Federal, luego cambiado por el de Juan Ángel Pirker (jefe de la Federal en tiempos de Raúl Alfonsín) en 2006; y colocarle el nombre del comisario a la calle que recorre varios barrios porteños paralela a Rivadavia.
Durante años hubo pedidos para que la calle que honra a Falcón lleve el nombre de Radowitzky. Ahora, la campaña es para reconocer a Bayer, quien rescatara en sus escritos las luchas obreras de hace un siglo.