El barrio rosarino de Empalme Graneros fue el escenario de una acción policial que despertó la indignación de la gente. Ocurrió ayer, cuando efectivos de la Policía detuvieron a un hombre que vendía pirotecnia, al parecer de forma ilegal, en plena calle.
La gente mostró su disconformidad con el accionar ante la venta ambulante y comenzó a increpar a los efectivos. Mientras se llevaban esposado al hombre, los insultos y los gritos fueron creciendo. Uno de los efectivos no tuvo mejor idea que hacer disparos para dispersar a quienes protestaban. Una muestra más de la fina línea en la que caminan las fuerzas de seguridad al momento de salir a la calle con armas.