La opinión sobre el presidente Mauricio Macri es la peor de su mandato, con una curva descendente asombrosa; el humor social está en el punto más bajo de la década; la preocupación por la inflación es la mayor de todo el período; la gente opina peor del mandatario que de su gobierno y en los hogares bajó en forma notable la propensión al consumo. Pese a semejante cóctel, no están las cosas dichas respecto de las elecciones de 2019. “A su favor, el oficialismo tiene una oposición dividida que parte aguas y seguramente un leve repique de las expectativas una vez que éstas tocaron fondo. Pero la máquina de ganar elecciones de Cambiemos está ante el mayor desafío desde que llegó al poder: tiene en contra este cuadro de situación económica y márgenes de maniobra muy inferiores a los que tenía en 2017”. Esta es la conclusión final de un estudio global sobre 2018 realizado por el Grupo de Opinión Pública (GOP), que lidera Raúl Timerman.
El GOP tomó sus encuestas de todo el ciclo de gobierno de Macri –unas 30 mediciones– y no sólo estudió su evaluación sino que combinó cómo fueron cambiando las opiniones respecto del mandatario y su gobierno con las preocupaciones sobre inflación, inseguridad y lo que el GOP llama humor social, que es una combinación entre la propensión a consumir de cada encuestado, sus expectativas sobre el futuro, su capacidad de ahorro y otras variables. En el GOP trabajan algunos profesionales de amplísima trayectoria como Claudio Polosecki o Esteban Lijalad y profesionales que integran una nueva camada como Victoria Banegas y Agnese Pravisani.
En la medida que el humor social y los datos negativos de la economía fueron empeorando, se produjo también una polarización política: “Hay un 60 por ciento que es macrista o cristinista. Y queda un 40 por ciento que es el que va a definir la elección. Ese sector recién resolverá su voto cuando los candidatos estén instalados, más cerca de los comicios. Y si se trata de una elección muy pareja, resolverán en la semana o el día previo”.
- Inflación e inseguridad. El GOP sostiene que hay una especie de evolución en espejo de la preocupación por la inseguridad y la preocupación por la inflación. En síntesis, cuando es alta la inflación y la preocupación por todo lo económico, baja el tema de la inseguridad. Y a la inversa, cuando la inflación tiende a bajar o a aquietarse, crece la cuestión de la inseguridad. Pero el grupo liderado por Timerman puntualiza que el elemento que domina la situación es la preocupación por la inflación, es decir la economía. “El rol activo lo tiene la percepción de la inflación. Mientras la inflación varía en el corto plazo y es producto directo de las políticas del gobierno, la inseguridad es casi constante y el gobierno influye sólo indirectamente”, concluye el informe.
- Desocupación. Según el GOP, la preocupación por la desocupación no tiene picos altísimos ni bajísimos. Siempre se ubica entre un 40 y un 50 por ciento, con un máximo de 54,9 en enero de 2017 y una baja al 35,8 en mayo de 2018, antes de la corrida del dólar. El dato parece llamativo porque, en general, está instalada la idea de que las empresas están en crisis y que se han perdido muchísimos puestos de trabajo. Pero, además, el trabajador o empleado percibe que se está vendiendo menos, que hay suspensiones y baja de la producción. Buena parte de los consultores afirma que éste fenómeno está muy localizado en Capital Federal y Gran Buenos Aires (que es casi la mitad de la población de la Argentina), pero que el temor por la desocupación se percibe menos en el interior.
- Inflación y gobierno. La secuencia presentada por el estudio es que hubo una disparada de la inflación al principio del gobierno de Macri, con la devaluación del primer semestre de 2016, pero no afectó mucho las opiniones sobre el mandatario porque estaba en período de gracia. De ahí en adelante, ni la inflación ni las opiniones sobre el gobierno tuvieron una disparada: evolucionaron juntos. Pero en mayo de 2018 se produjo la hecatombe de la devaluación; una trepada hasta la inflación de 2018, cercana al 50 por ciento. En paralelo, la debacle en las opiniones sobre el gobierno.
- Humor. El GOP evalúa el humor social en base a un conjunto de preguntas que se hacen a los encuestados: cómo cree que va a estar la situación en el hogar dentro de un año; si tiene capacidad de ahorrar algo, qué haría si tuviera un dinero sobrante, es decir qué consumiría y una serie de preguntas adicionales. La cifra fue oscilando, con picos de mal humor del 57 por ciento en marzo de 2017, pero después fue remontando y logró un punto bajo del 38 por ciento de mal humor en octubre de 2017, tiempo en que Cambiemos se impuso en las elecciones. Según el GOP el gobierno perdió el control este año y hoy en día el mal humor social es del 75 por ciento, un récord negativo, al punto que es la peor medición desde que existe el GOP.
- Presidente. La realidad es que se arriba a un fin de año con la más alta preocupación por la inflación, el peor humor social, bajísima propensión al consumo y, consecuentemente, un récord de caída en las opiniones favorables a Macri. La curva de conclusión del estudio es alarmante para la Casa Rosada, que pasó por escalas de un 60 por ciento de opiniones positivas al actual 21,8 por ciento. “Es el mayor mal humor social desde que medimos”, reafirma Timerman, que de todas manera prevé un cierto rebote producto de que se llegó –según piensa– al fondo del pozo.
La mayoría de los consultores fueron percibiendo esta caída iniciada con la reforma jubilatoria de diciembre de 2017 y con mucho acento en el aumento de tarifas. A eso se agregó después la crisis de mayo con la devaluación y el nuevo estallido de precios y tarifas, sumado al endeudamiento y el plan de ajuste. En este marco de récord negativo del humor social se produce “la notable y creciente polarización entre las figuras del actual presidente y de la anterior mandataria, que conspira contra la posibilidad de que alguna de estas fuerzas pueda imponerse en una primera vuelta electoral”, concluye el informe. Timerman afirma que “la maquinaria de ganar elecciones de Cambiemos está ante un desafío enorme, dificilísimo. Esa maquinaria funcionó siempre como una orquesta sinfónica, con partitura de Jaime Durán Barba y sin notas discordantes. El tema es que ahora hay un gobierno y la gestión de gobierno está a cargo de un dúo, Macri y Marcos Peña, que no son Gardel-Razzano. Desafinan bastante. Desde ya que corren peligro de perder las elecciones, pero define ese 40 por ciento del que hablamos antes, pero que define cuando las candidatos estén realmente instalados”.