El Tribunal en lo Criminal 2 de Jujuy absolvió por unanimidad a la dirigente social Milagro Sala en la causa caratulada como “Balacera de Azopardo”, en la que estaba acusada por supuesta tentativa de homicidio por precio o promesa remuneratoria. También resultó absuelto Alberto Cardozo, otro de los acusados, quien permaneció dos años detenido por esta causa, durante los cuales, según denunció en el debate, fue torturado. El tribunal ordenó la inmediata libertad de ambos. El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, cuestionó la sentencia absolutoria que la Justicia provincial dictó a favor de la dirigente de la Tupac Amaru al señalar que se trató de un fallo “vergonzoso” (ver aparte).
“Es una pequeña luz de esperanza de que se está haciendo justicia ante la persecución política que están sufriendo muchos compañeros nuestros. No lo esperaba, me sorprende muchísimo”, celebró Sala, una vez finalizada la audiencia. También lo hizo su abogada Elízabeth Gómez Alcorta: “Apostábamos por la absolución porque esta causa no se sostenía por ningún lado, pero es Jujuy. Así que a la razón sobrevino la sorpresa”.
Los hechos juzgados sucedieron en 2007, pero Sala y Cardozo no estuvieron involucrados como acusados hasta 2016, cuando la investigación quedó en manos del juez Pablo Pullén Llermanos, de dedicación exclusiva a investigar a la dirigente social y a otros integrantes de la Tupac Amaru desde que Morales asumió la gobernación de Jujuy.
¿Qué pasó hace once años? Ávila y Páes llegaron a una esquina en su auto, se bajaron y dispararon contra Cardozo. Cardozo se escondió y las balas impactaron en una nena de 11 años, que resultó herida. Cardozo la llevó a un hospital para que la asistieran y, luego, denunció los hechos. Hasta que la causa pasó a manos de Pullén Llermanos, la investigación se centró en el intento de homicidio de Cardozo y las lesiones graves sufridas por la niña. “Muchos testigos los vieron a Avila y a Páes ya que era una mañana un sábado en el medio de la calle. Cinco los vieron que bajaron del auto, cuatro que estaban armados los dos, tres que dispararon los dos”, aclaró Gómez Alcorta.
En 2016, la línea de investigación cambió y empezó “un armado político judicial que en esta causa llegó a un nivel de paroxismo increíble en la persecución judicial contra Sala, y que durante el debate quedó al descubierto”, apuntó la abogada. En el juicio, testigos contaron que el juez visitó a Avila y a Páes en la cárcel, se reunió con sus familias, les ofreció la libertad a cambio de que declararan contra Milagro Sala y de que dijeran que fue la dirigente social quien les pidió que mataran a Cardozo. Avila no arregló, Páes sí.
En declaración indagatoria –es decir, cuando podía mentir sin que eso significara un delito–, Páes contó su nueva versión. Dijo que fue con Ávila a matar a Cardozo por pedido de Sala, pero que no se bajó del auto y que, incluso, Cardozo les devolvió los disparos. Con solo ese testimonio, Pullén Llermanos imputó a la referente de la Tupac como coautora de tentativa de homicidio por precio o promesa remuneratoria y a Cardozo, por sus supuestos disparos, y los detuvo a los dos. “Así se llegó a juicio. A Cardozo lo torturaron en el servicio penitenciario, y cuando lo denunció ante Pullén Llermanos, éste le dijo que si ‘arreglaba’ salía en libertad. Todo esto, todo este armado salió a la luz”, contó Gómez Alcorta, y completó: “Páes, un tipo que estuvo nueve años preso, prófugo primero, por tentativa de homicidio, se convirtió en el único testigo de un juicio en el que a Sala el Estado le pidió doce años de prisión”. Hoy, Páes es testigo protegido.
La fiscalía durante el juicio oral, a cargo de Marcelo Cuellar, sostuvo la acusación que realizó el fiscal durante la etapa de instrucción, Diego Cussel, y pidió la pena de doce años para la dirigente social. Los fiscales aseguraron que presentarán una apelación a la sentencia que absolvió a Sala al sostener que “existían pruebas suficientes para lograr una condena”.
“La sentencia de absolución no es ajustada a derecho. Se va interponer el recurso que corresponda luego de que se conozcan los fundamentos”, afirmó el jefe del Ministerio Público, Sergio Lello Sánchez, en una conferencia de prensa junto a los fiscales intervinientes en la causa, Cussel y Cuellar. Durante su alegato, Gómez Alcorta advirtió el carácter insostenible de la acusación contra Sala y Cardozo y exigió la absolución.
Las juezas Claudia Sadir, Mónica Cruz Martínez y Liliana Pellegrini fallaron en ese sentido y absolvieron a ambos. También ordenaron que sean puestos en libertad de inmediato. Cardozo debía terminar de completar los trámites para regresar a su casa mientras que Sala debe esperar la resolución de otro juicio que aún está en proceso, en el que está acusada por defraudación al Estado y asociación ilícita. El tribunal, en cambio, condenó a Ávila a seis años y seis meses de prisión por tentativa de homicidio.
“Es muy grave todo lo que sucedió con esta causa y la absolución del tribunal deja al descubierto el armado político judicial de persecución que soportan Sala y el resto de los militantes de la Tupac” desde que Morales es gobernador, apuntó Gómez Alcorta. “Son capaces no solamente de tergiversar el derecho, sino que son capaces directamente de inventar hechos y por la vía delictiva: porque para ese armado aprietan gente, ponen abogados, extorsionan a familias enteras, privan ilegalmente de la libertad a la gente. A Cardozo y a Sala los privaron ilegalmente de la libertad”, sumó la abogada.
Es la cuarta causa en contra de la dirigente jujeña que llega a juicio y la segunda en la que resulta absuelta. Hasta ahora recibió solo una condena, a tres años en suspenso, pero que aún no está firme. Con esta nueva absolución, su abogada entiende que “se empieza a resquebrajar el armado político para ubicar a Sala en el medio de todos los delitos: el modus operandi es el mismo en todas las causas, ya que ella aparece como la que da órdenes. Ordena robar, ordena matar, ordena amenazar. Eso se está empezando a caer porque siempre los testigos que la acusan son personas que con esa acusación se benefician directamente y no hay más pruebas que sus testimonios”.
Ultimas palabras
Antes de que el TOC 2 de Jujuy ofreciera su sentencia, los acusados en el juicio tuvieron derecho a decir lo que quisieran. Sala apuntó al análisis político de su investigación, su acusación, su detención. “Me duele como persona, porque valoro la vida muchísimo, que hayan tenido que torturar a Cardozo, a Ávila y a otros compañeros más para tenerme parada acá”, consideró. Lanzó un duro mensaje contra el gobierno de Mauricio Macri, que insiste en adjudicarle expedientes en su contra, y denunció una “persecución hacia algunos sectores políticos”.
La dirigente social quiso dejar claras las condiciones en las que llegó al juicio, aunque fue interrumpida rápidamente por una de las juezas que le reclamó “no desviarse” de la causa en cuestión. “Mi intención es decir lo poco que siento y nada más, ustedes siéntanse libres por la decisión que tomen porque ustedes se quedan acá, los gobiernos se van”, enfatizó Sala, quien cuestionó el accionar de “los que toman determinaciones para perseguir a algunos sectores políticos con los que no están de acuerdo”.
Por su parte, Avila denunció que fue apretado en la cárcel para que acusara a Sala: “Apareció el juez Pullen Llermanos (...) me dijo que no me querían preso a mí sino a Milagro Sala, que si colaboraba me dejaba en libertad”.