La prosa astrológica de Gael Policano Rossi es poética hasta en los tuits: criado en Río Gallegos (Santa Cruz), AstroMostra empezó a leer manuales a los 17 y recién a los 26 se animó a hablar de los planetas en voz alta, una vez que sintió plena seguridad de poder cruzar ese discurso con otros como la literatura y las ciencias sociales. Dramaturgo, actor y director, Policano hoy tiene 31 y conduce hace años su propio espacio radial en Viaducto Radio. Además, participa en No se puede vivir del amor en la Radio de la Ciudad y escribe poemarios y novelas (Gualicho, la primera de ellas, fue celebradísima y espera ansiosa ver publicada su sucesora, La concha está de moda escrita casi de un sopetón la noche en que murió Ricardo Fort).
Serio hasta en su risa, AstroMostra siempre consulta primero. Si a otro se le ocurre investigar los cielos de tal o cual, conocer las compatibilidades de esta con aquella o leer las cartas natales de países y proyectos, él ya lo habrá hecho. Es así de mostra pero no muerde, aunque jamás evita el ladrido si el pronóstico es alarmante e impone volumen alto.
2018 fue un año de feminismos por todas partes. ¿Qué correlatos planetarios le encontrás a este panorama?
–No hay nada más diverso y disidente que las estrellas. El más feminista de los planetas es para mí Plutón.
¿Por qué?
–Cuando yo escucho “Se va a caer”, veo a Plutón allá a lo lejos donde está, derribando el fondo del problema, derribando las columnas que sostienen los problemas, imponiendo el nuevo orden. Es el más feminista de todos. Plutón, según la astrología moderna, es la fuerza subterránea que desde el fondo, desde la opresión, se rebela y destruye las “bases”, la estructura que conocemos. Sólo gracias a ese choque se produce el cambio, es por eso que se lo asocia a la revolución, a los cambios radicales y a los desafíos de las nuevas generaciones. Por eso, cuando escucho “se va a caer” escucho a Plutón en el cuerpo de las colectivas y las mujeres. Por otro lado, Urano desde que en este 2018 llegó a Tauro está transicionando. Salió y se vuelve a meter el 6 de marzo por 7 años. Por ende, siento que Tauro está recodificándose completamente. Rearmándose desde el genoma de vuelta, así que creo que le podemos decir “Taura”.
O sea que fue un período de reposicionamientos fuertes...
–Sin dudas, pero el polo más potente de 2018 tiene que ver con la violencia y el silencio. Si volvemos a la carta de cómo se inició este año astrológico el 21 de marzo, cuando el Sol entró en el cero de Aries, teníamos a Júpiter en Escorpio y a Saturno y Marte en Capricornio. Luego, teníamos muchos planetas en Aries en tensión con Plutón en Capricornio. Aries, Capricornio y Escorpio son tres signos que trabajan con una energía vinculada a la tortura, la nocturnidad, la negación de la vida y el fin de la vida del hombre. También, con el más luminoso de todos que es Aries enfrente, hubo mucha energía vinculada a reafirmarse en la vida; salir de la violencia, luchar por tu propia vida, luchar por tus instintos y con instintos, luchar por la supervivencia. No por nada la revista Time, al momento de elegir los personajes del año, eligió 5 periodistas y familiares de periodistas que fueron objeto de violencia política en diferentes regímenes. Incluso, claro, al periodista árabe Jamai Khashoggi, aparentemente asesinado. Entonces, este es el año en el que se destacan sujetos de la violencia. Y si bien podemos pensar que las alianzas Trump/Putin o Kim Jong-un/Trump detuvieron una guerra nuclear que estaba a punto de detonarse, a la distancia de un botón; si bien estos acuerdos parecen haber asombrado al mundo, también ese tipo de distribución del conflicto trazó nuevas líneas divisorias.
Fue el año de la insurgencia de la violencia...
–Fue el año en el que se armaron los elencos para los conflictos de 2019 y 2020. Esto se traduce astrológicamente a la violencia política en Estados Unidos y en Brasil, con una muerte de una persona LGBTTIQ + diaria. Esto también se ve en cómo quedó París estas últimas semanas. El silencio y el empleo de la voz. Y no es que, como hubo muchos hechos violentos, fue un año de violencia. No. Vimos emerger la violencia y asistimos a sus consecuencias. Esto es en lo que yo creo que trabajaron Saturno, Marte y Plutón en Capricornio con dureza. Y Aries, Mercurio, Venus, el Sol y Urano, enfrentados. Más Júpiter en Escorpio agitando.
¿Qué ves en 2019?
–Hay que interpretar 2019 como la previa de 2020 por más obvio que parezca. En 2019 se estarán preconfigurando los grandes tránsitos que ocurrirán luego. Tiene que ser pensado como un año de pasaje, de umbral. Cruzar la puerta hacia un nuevo orden y hacia nuevas condiciones de expresión, personales y sociales. ¿Por qué? Porque en 2020 ocurrirá un evento astrológico inédito: la unión de 3 planetas transpersonales que jamás se juntaron, Plutón, Saturno y Júpiter. Creo que ninguna persona viva vio una cosa así. Este trío concretará su encuentro hacia el final de Capricornio en el 2020 y esta conjunción es única. Histórica. Entonces, 2019 es el año en el que estos planetas comienzan a acercarse. Empiezan a hacer sus primeros contactos y despacito, comenzarán a setear el ánimo de los gobiernos, de los discursos, de la política y la economía en general. Y de la ecología también. Veremos de a poco las primeras dificultades. Habrá breves, sutiles uniones entre Saturno y Plutón y el eje de los eclipses estará en Cáncer y Capricornio, preparando el terreno para este gran cambio.
Habrá momentos especialmente anticipatorios entonces...
–Sí. Júpiter estará en Sagitario hasta diciembre de 2019. Eso nos indica que de alguna manera las luchas por la libertad, por la dignidad humana, por el placer personal, por el goce, por el aprendizaje serán fundamentales. Júpiter en Sagitario estará peleando por recibir todo esto, que le corresponde. Pero como contrapeso, habrá otras situaciones que abonarán prácticas de opresión porque, como dije, estará Urano en Tauro implementando cambios del tipo “qué comemos”, “qué hacemos con el suelo", "qué hacemos con el dinero”, qué hacemos con nuestros recursos mientras Saturno y Plutón en Capricornio operan sobre las restricciones. Entonces, habrá algunos pidiendo cambios desde Tauro; otros, libertad desde Sagitario y hay una contra muy destacable desde Capricornio pidiendo restricción. Es un año de contrapesos. Es un año tironeado pero mucho más cómodo que 2018, sobre todo después del 6 de marzo.
Y POR CASA…
En agosto pasado, AstroMostra vio como nadie –previo análisis pormenorizado– el momento adverso que condenaba al proyecto del aborto a un fracaso parlamentario, un final que anticipó opuesto a la consolidación de mareas callejeras. A cada mujer le decía al aire o en redes aquello que también le dice a todas. Gael atiende requerimientos personales, pero nunca deja de poner en diálogo cada posición individual con un repertorio colectivo. Comunitario como cualquier constelación, Policano adivina para los 40 millones incluso allí donde sólo pregunta uno. En su método, cómo “me” va es, siempre, cómo “nos” va.
¿Cómo es absorbido todo esto por la Argentina?
–En Argentina, todo aquello que narro ocurrirá en un año electoral durante el que habrá prácticamente una elección por mes. Al margen de la discusión sobre si Argentina es o no de Cáncer –algo que por cierto es relativamente discutible– y cómo los tránsitos astrológicos la afectan, lo cierto es que este territorio trabajará sobre la justicia; más que como principio abstracto, la burocracia legal, la burocracia judicial como el enemigo entre las personas y sus derechos. Júpiter en Sagitario, de vuelta. Veo cierta tracción a sangre –y sangre joven– imponiendo cambios en el sistema judicial. Las mujeres, ni hablar. Los choques entre la perspectiva liberal del gobierno de Macri y el derecho constitucional entrarán en un debate muy profundo. Esto ya se vio recientemente en algunos fallos pero es el gran tema del 2019. Este recambio generacional ya se vislumbró en un Júpiter en Libra de hace dos años. Debido a Urano en Tauro, de vuelta, será cuestión también de reconsiderar como país las tecnologías de cosecha; las condiciones del trabajo infantil; es un momento de reflexión aguda sobre el mundo del trabajo y de sus herramientas. Quedarán expuestos ciertos límites del monocultivo y sus efectos ambientales. Los astros auguran grandes cosechas en 2019 –muy diferente a la sequía de este año–. Pero veo enrarecida la economía en general.
¿Quiénes ganan?
–Me puse a ver cada cielo de cada posible fecha electoral y en todas hay un significante interesante que es Libra. Equilibrio. Y desequilibro. Cierto temperamento de Libra que estará muy indeciso todo el año y que por eso mismo pasará de un punto al otro. Veo electores dándose vuelta y por cierta naturaleza esotérica, debería decir que percibo ciertos batacazos del peronismo, relativamente reciclado o alternativo por el componente idealista de Libra. Pero Urano en Tauro y Júpiter en Sagitario traen consigo materializaciones impensadas y eso puede dar lugar a una participación de la izquierda. Sin embargo, la presencia de Saturno en Capricornio me da la impresión de que implicará que varios oficialismos se mantengan. Es difícil decirlo porque va en contra de mis deseos, pero creo que Macri será reelecto, por cómo se ve el cielo de Macri en particular. Repito: no es una expresión de deseo.
¿Y como movimientos más generales?
–Con Saturno y Plutón trabajando todo el año, hay una derecha por organizarse, más a la derecha que Macri y desde ya, rigidizando perspectivas. Júpiter en Sagitario también significa darle voz a muchos. El 27 de octubre tiene una imagen de cielo diferente a la del ballotage del 24 de noviembre, donde Escorpio y Sagitario tienen más presencia. Esto también implica desmesura en los discursos. Es importante señalar que es altamente probable que a lo largo de todo 2019 se oigan discursos muy desmedidos, pero sobre todo desde el 11 de agosto con la unión Marte, Sol, Venus en Leo. Los candidatos harán cualquier cosa por figurar y entrar en la discusión. Hay que prepararse para muchos delitos de la palabra, mucho descontrol en la palabra. Júpiter en Sagitario radicaliza las posturas. Las enciende. Entonces, en un momento en el que la derecha se siente “minoría” frente a la denominada “ideología de género”, por ejemplo, se dirán barbaridades.
¿Y a quiénes, de los candidateables, lo ves más sólido?
–Sergio Massa, que es de Tauro y ya dijimos que Urano está trabajando ahí, muy fuerte. Además, se está preparando para su retorno de Júpiter y que el planeta vuelva a estar en una buena posición para él. Massa está en un momento de mucha atracción y tracción. Y no olvidarse que tiene Luna en Escorpio, esto es, él siempre tiene revancha. El diputado Alfredo Olmedo también está en un momento cósmico muy fuerte. Tiene a Júpiter encima suyo, es decir, tiene sueños, mucha ambición, mucha expansión. Sueños a lo grande y con muchos recursos económicos. Como tiene Luna en Tauro y la luna muchas veces es el catalizador de la popularidad, su Luna en Tauro está con Urano encima. Si bien puede ser que sea más lo que él sueñe que lo que efectivamente pase, va a estar enchufadísimo. Creo que igual terminará en faceta ridícula, pero no es para nada menor. Es un error absoluto no considerarlo. Tiene muchas estrellas.
¿Y cómo ves a los líderes del mundo más fuertemente instalados en un discurso anti-derechos?
–Lamentablemente muy bien. Trump, por ejemplo. El tiene una gran estrella y muchos aspectos de Leo. Es muy “brillante” y va a seguir en ese tono. Tiene mucha funcionalidad en ese sistema, como buen geminiano que es. Bolsonaro es de Piscis. Es muy decepcionante para lo que es la carta de Brasil. Para 2022 Brasil tendrá un reseteo y Bolsonaro puede ser la marca final de la decadencia. Según ivarios astrólogos brasileros, la refundación astrológica será entonces en 2022 y este es el prólogo. Estos autoritarismos son producto de condiciones astrales según las que la pregunta es si más libertad o más restricción.
Vale decir que en esta parte del mundo, la diversidad sufrirá aún más violencias...
–Sí. No es un lugar nuevo para la comunidad LGBTTIQ+ la expulsión y los astros ya han incidido en los individualismos en general, tan funcionales a esas violencias. Ocurre que hasta hace algunos años los nodos del karma estaban en Leo y Acuario (eje del grupo y del individuo) y hoy han pasado a Cáncer y a Capricornio, es decir, a la posibilidad de que todo esto como sociedad nos nutre. Por eso, más que nunca, está en cada sujeto, en cada gay, en cada trans, cómo volver a unirse. Cómo superar y ganarle a esas divisiones. Esa es la clave astral.