Facundo Daelli, el joven que se filmó mientras insultaba al fiscal Germán Moldes y que fue detenido, ahora fue procesado por el presunto delito de amenazas. El juez federal Ariel Lijo le trabó un embargo de 100 mil pesos por cuestionar al fiscal cercano al macrismo. Además de los epítetos que le lanzó mientras Moldes tomaba un café, Daelli le enrostró su “amistad” con el traficante sirio Monser Al Kassar. El juez no le dictó prisión preventiva pero dispuso que debe presentarse una vez por mes en la comisaría y avisar cualquier cambio de domicilio. También le ordenó no acercarse al fiscal Moldes. 

“Corrupto, coimero, no vas a salir más a la calle, asesino”, le dijo Daelli mientras filmaba su escrache y la sonrisa socarrona de Moldes. Por pedido del fiscal Guillermo Marijuán, el juez Lijo detuvo el viernes pasado por la tarde a Daelli, quien estuvo 24 horas preso. Su abogada, Graciana Peñafort, aseguró a través de su cuenta de Twitter que jamás debería haber sido detenido y mucho menos procesado porque nada de lo que Facundo le dijo a Moldes, incluso los insultos, configuran el delito de amenazas. Peñafort sostuvo que se trató de un intento de “disciplinamiento” social. “Facundo manifestó una opinión política sobre los antecedentes de Moldes y sobre su actuación pública. Yo puedo comprender que no sea grata. Pero que no te guste una opinión de alguien no lo convierte en delito. La criminalización de las opiniones es censura”, dijo la abogada.

El juez indicó que en el procesamiento de Daelli que “no se trata solo del resguardo de la libertad de un juez de la Nación y de otros funcionarios estatales identificados con una ideología política, de la incitación al odio y la discriminación contra los últimos por el hecho de pertenecer a aquella”. No está claro qué ideología le atribuye Lijo a Moldes, pero sí que el magistrado argumentó que sus actos no restringen la libertad de expresión: “La sanción penal que pudiera corresponder al imputado no producirá que quienes se ven involucrados en el debate democrático de la Nación restrinjan sus dichos”, sostuvo en un fallo en el que cita al intelectual de la escuela de Frankfurt Jürgen Habermas.