Con el objetivo de generar en las escuelas medias un espacio de reflexión sobre situaciones que transitan los adolescentes y prevenir acciones que puedan tener consecuencias dañinas en su salud, la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR está desarrollando un proyecto titulado "Una previa diferente". El mismo comenzó hace cinco años en el Instituto Politécnico General San Martín y luego se integraron las escuelas Superior de Comercio, Agrotécnica de Casilda, Técnica N° 474 "Juana Elena Blanco", y Técnica N° 288 "Dr. Osvaldo Magnasco".

Consumo de alcohol y drogas, infecciones de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, obesidad y accidentes, son los temas elegidos para abordar en diversos talleres. De la propuesta participan estudiantes avanzados de Medicina, quienes se capacitan interdisciplinariamente antes de salir a terreno, junto a docentes de las Facultades de Ciencias Médicas,  Psicología, Bioquímica y Farmacia y profesionales representantes de instituciones que avalan al proyecto, como Vinculo-ONG, Red Psicoterapéutica y la Secretaria de Salud de la Municipalidad Rosario.

"Los alumnos de la escuelas secundarias reciben mucha información teórica de sus profesores y padres pero esta no es incorporada o pensada debidamente para prevenir los comportamientos riesgosos, causantes de morbimortalidad en esta etapa", dice la doctora Liliana Rateni, directora del proyecto. Explica que la adolescencia se caracteriza por la intensidad, la búsqueda, el descubrimiento pero también por la transgresión. A ello contribuyen diferentes características propias de la edad, entre las que destaca "la necesidad y alto grado de experimentación emergente, la susceptibilidad a influencia y presión de los pares con necesidad de conformidad intragrupal y la identificación con ideas opuestas a los padres para generar nuevos espacios de pertenencia."

La idea central de este proyecto es trabajar sobre las condiciones que sostienen los comportamientos de riesgo y conceder un carácter protagónico a los adolescentes a partir de la investigación, delimitación, atención, análisis y confrontación de las vulnerabilidades que los ponen en situación de peligro.

Por esta razón consideran importante introducir a los estudiantes avanzados en ciencias de la salud, que comparten la misma franja etaria con los adolescentes de las secundarias, en un acto pedagógico de enseñanza-aprendizaje colectivo para la apropiación crítica y reflexiva de las problemáticas que atraviesan. El fin consiste en reorientar en forma conjunta hacia la acción transformadora para la prevención y la promoción de la salud. "Nada clarifica mejor las ideas y conceptos que las explicaciones que ellos se dan entre sí", cita Rateni.

"Los chicos nos ven como pares, nos preguntan y tratamos de despejar sus dudas, repensar los mitos", cuentan los estudiantes de Medicina Tomas Degrati y Brenda Del Papa y agregan: "De esta forma se genera un vínculo participativo donde ellos hablan de sus saberes, nosotros de los nuestros y podemos corregir errores o malas interpretaciones de los mismos". Los adolescentes a veces recurren a fuentes poco confiables como páginas de internet, por esa razón surge la necesidad de repensar y trabajar esa información.

Tomas y Brenda afirman que no es lo mismo atender a un joven en un consultorio que ir a él en otro ámbito, que algunos tienen pudor de hablar y que en algunas familias los temas sexuales son todavía un tabú. "Salir del libro e ir al terreno y palpar la realidad, es un mundo aparte", dicen y consideran que lo importante es poder hablar de lo que realmente los chicos necesitan, de sus dudas, porque la que tiene uno generalmente es la misma que tienen todos. "Nos formamos en atención primaria de la salud y haber trabajado junto con los adolescentes, comprendiendo las problemáticas psicosociales que transitan, nos enriqueció en nuestra formación."

 

Entre pares

Los alumnos secundarios participaron de manera entusiasta en las charlas, pudieron hablar y compartir sus saberes. De los encuentros surgió que ante situaciones de vulnerabilidad, ellos consultaban preferentemente a sus pares. Tenían muy buena información sobre las sustancias psicoactivas y consideraban que su autoestima repercutía en la elección o no del uso de drogas. También mencionaron que el mayor consumo de alcohol se realizaba en las reuniones previas a las salidas al boliche. En cuanto al uso de preservativo, éste estaba restringido por no tenerlo disponible y por falta de presupuesto.

"Formamos parte de una sociedad que recibe y consume mucha información. Todo pasa muy rápido. Los medios y propagandas seducen con propuestas y slogans que pueden llegar a confundir si no nos detenemos", reflexiona Rateni y destaca: "Este proyecto invita a detenerse a mirar, a pensar, a responsabilizarse de las propias decisiones."

La propuesta tiene continuidad el año próximo y se ampliará a otras escuelas medias de la ciudad, con alumnos de las Facultades de Psicología y  Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional de Rosario.