A casi tres años de la detención arbitraria ordenada por el gobernador radical Gerardo Morales y luego de ser absuelta en el juicio por “La balacera de Azopardo”, que incluyó torturas a dos testigos para que declararan en su contra, Milagro Sala volvió ayer a su casa del barrio de Cuyaya en San Salvador. “Recibo algo a favor y me cuesta creer”, confiesa la líder de la Tupac Amaru en referencia al arresto domiciliario resuelto por el Tribunal en lo Criminal 3 de Jujuy, que debieron ordenar antes la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Suprema de Justicia. Sala describe como “una sensación hermosa” el reencuentro con sus seres queridos aunque no pierde de vista que “Morales usa la plata de los jujeños para mantenerme encerrada” y “muchos jueces siguen siendo serviles al poder político”, por lo que “no me sorprendería que me vuelvan a buscar para llevarme a la cárcel”, explica. ¿Su expectativa para el último año de mandato de los gobiernos de Cambiemos? “Espero simplemente que los argentinos, no sólo los jujeños, tomen conciencia que ante un gobierno que nos está matando de hambre no hay que conformarse con bolsones de mercadería”, destaca, y admite “mucha indignación” porque “quisieron callar a las organizaciones sociales con bolsones navideños, dándoles dos cuotas de dos o tres mil pesos”.
–Volvió a su casa después de casi tres años en los que hasta la Corte Interamericana se pronunció para que no siga en la cárcel ni con un arresto domiciliario ad hoc en El Carmen. ¿Cómo recibió la noticia?
–La verdad es que todavía no caigo en la cuenta. Los jueces y fiscales me han avasallado tanto, me han lastimado tanto a mí y a toda mi familia, que recibo algo a mi favor y me cuesta creer, me es difícil caer en la cuenta. Pero bueno, entrar esta mañana a mi casa fue una sensación hermosa. Volver a reencontrarme con mis seres queridos, a la casa que uno hizo con tanto sacrificio para que cada día se vea mejor, me da mucha alegría, me da esperanza de vida, más todavía con la situación de mi marido, que ya es público que está muy enfermo. En El Carmen para que llegara un médico o una ambulancia pasaban dos horas, no era fácil, en cambio acá salgo al balcón, llamo a un vecino y me ayudan, somos muy compañeros y eso me reconforta, me da tranquilidad ante la enfermedad de mi marido.
–Hace dos años fue condenada en la causa de los huevos a Morales a partir de un único testigo que mintió para acusarla y cobró un millón de pesos de la gobernación. Esta semana, con un testigo que había estado procesado y prófugo, y que después de acusarla fue sobreseído y liberado, logró en cambio su absolución. ¿La sorprendió el fallo? ¿Cómo lo interpreta?
–Creo que algunos jueces están viendo que no se pueden mezclar con un poder político que arma causas y te pone como rehén, porque si no obedecés los caprichos políticos pasás a ser enemigo y te encarcelan, o te usan como testigo para llenarme de acusaciones como lamentablemente ha ocurrido con muchos compañeros que por sus familias agacharon la cabeza. Hay testigos que están en cuatro o cinco causas, son los “testigos estrella” de Morales, que después dice “estamos cansados de la violencia”. ¿De qué violencia, si ellos son los violentos? Es impresionante cómo Morales usa la plata de los jujeños para mantenerme encerrada a mí.
–¿Ve un cambio de actitud en algunos jueces, entonces?
–No en todos, muchos siguen siendo serviles al poder político: Pablo Pullen Llermanos, Isidoro Cruz, los fiscales Liliana Fernández Montiel, Diego Cussel y Filomena Ortiz, Joaquín Millón Quintana, de la Oficina Anticorrupción. Hay un equipo de gente que trabaja para llenarme de juicios y armar causas en las que se aprieta a los testigos para que digan lo que ellos quieren. Todo esto indigna, uno se pregunta dónde está la verdadera justicia de Jujuy. Por eso costó muchísimo que me dieran la domiciliaria que corresponde y también una absolución.
–Su abogada, Elizabeth Gómez Alcorta, al alegar en el juicio conocido como “La Balacera de Azopardo”, denunció a Pullen Llermanos y a Cussel por torturas y extorsiones a Fabián Avila y a Alberto Cardozo para que declaren en su contra. ¿Tiene esperanzas de que, en el último año de mandato de Morales, se investiguen esas denuncias o es utópico que eso pueda ocurrir en Jujuy?
–Eso va a poder pasar siempre y cuando se haya ido Morales de la gobernación, porque él está bancando todo, si se me permite la palabra. Es la persona que está poniendo plata, pagando coimas para que todo esto pase. El juez Isidoro Cruz, por ejemplo, armó una fundación en la que recibe 150 mil pesos mensuales y que funciona en su casa, cualquiera lo puede ver. Son jueces obedientes y serviles a Morales, entonces todo esto se va a poder investigar recién cuando se vaya Morales.
–¿Qué lectura hace de la afirmación del gobernador al calificar de “vergonzoso” el fallo que la absolvió y de “delincuentes” a usted y a Cardozo?
–Vergonzoso es lo que él hace. Hace un mes dijo en todos los medios nacionales que era respetuoso de las decisiones de la justicia y ahora dice que el fallo fue vergonzoso. Al final de cuentas, cuando es a favor de él, que gobierna, es justicia, y cuando las decisiones no le gustan la justicia es una vergüenza. Da mucha indignación cómo maltrata a la justicia verdadera, porque eso es lo que hace.
–Usted sigue con arresto domiciliario pero ahora sólo con pulsera electrónica, como cualquier detenido con ese beneficio, y no con los infinitos controles que tenía en la prisión ad hoc de El Carmen. ¿Cómo imagina la nueva etapa?
–Tengo que cumplir con lo que me imponen y voy a cumplirlo porque, insisto, por todo lo que me vienen haciendo no me sorprendería que me vuelvan a buscar para llevarme a la cárcel. Pero no quiero darles ningún motivo. Si fuese por Morales me tendría en China o lo más lejos posible de Jujuy. Si fuese por la justicia, tendrían que cumplir lo que ordenó la Corte Interamericana y la Corte Suprema. Pero ellos gobiernan y hacen lo que se les canta.
–Al margen de su situación personal, ¿qué expectativa tiene para 2019?
–Espero simplemente que los argentinos, no sólo los jujeños, tomen conciencia de que ante un gobierno que nos está matando de hambre no hay que conformarse con bolsones de mercadería. Ahora quisieron callar a las organizaciones sociales con bolsones navideños, dándoles dos cuotas de dos o tres mil pesos, y la verdad que me agarra mucha indignación porque cualquiera de nosotros, en vez de un bolso con mercadería o un Plan Trabajar, queremos trabajo para todos los argentinos, que los chicos coman en su casa, que vuelvan a sentir la felicidad de ir a un restaurante con sus padres como antes, que de una vez por todas los comedores se cierren y las familias vuelvan a juntarse. Digo esto porque veo que (la gobernadora María Eugenia) Vidal inaugura comedores y esa no es la solución. Tienen que dejarse de macanear y dar trabajo, dejar de quitar puestos de trabajo. Quieren engañar con bolsones pero la gente quiere trabajar, ganarse la vida. Por eso quienes están cerca del gobierno nacional o provincial tienen que pensar en sus familias, porque ellos (léase quienes gobiernan) hoy están y mañana se van, en cambio nosotros nos quedamos, gastamos el sueldo en la Argentina, vivimos y educamos a nuestros hijos acá, nacemos y morimos acá.