Mientras Ca7riel aparecía en bolas en uno de sus últimos posteos en Instagram, mostrándole a la Selva de las Yungas, en Jujuy, cómo vino al mundo, en Buenos Aires lo esperaba la noticia de que en la encuesta anual del NO había sido elegido por sus colegas como el artista revelación de 2018. Ca7riel deslumbró a toda una escena a partir de un talento musical avasallador, de su habilidad para descifrar y acompañar esta época, y de la construcción de un identikit coherente sobre y bajo el escenario. Y a pesar de que parece estar a un tris del delirio de Raoul Duke –el personaje de Hunter Thompson encarnado por Johnny Deep en la película Pánico y locura en Las Vegas–, este músico, compositor y cantante transpira lucidez y mesura.

Aunque no se considera un rapero de raza ni tampoco un artífice de trap, el artista porteño aborda sendos universos con la solvencia de quien los conoce a fondo. Es que si bien su debilidad es Astor, grupo que bebe de la tradición del rock argentino, su necesidad de expresarse líricamente lo depositó en la doble hache. Entonces este docente de música egresado de la Escuela Superior de Educación Artística en Música Juan Pedro Esnaola cambió su instrumento base, la guitarra, por el freestyle. Así consiguió no sólo exorcizar sus demonios sino también, como sucede con todo aquel que es prodigo y único, convertirse en la esperanza o la alternativa –para no pecar de hiperbolista– de la música urbana alternativa local. Apoyado por un grupo fuera de serie, La ATR Vanda, con el que toca si sus integrantes no tienen otros compromisos, o mediante el sound system cuando la agenda se complica, “Cato” fluye con un efecto igual de movilizador en cualquier formato. Siempre apoyado, en ambas encarnaciones, por su cómplice, Paco Amoroso.

Por más que ya venía construyendo una obra con este proyecto, que incluso cosechó un disco debut en 2015, CVE7E –se pronuncia “Cuete”, manera con la que sus amigos se refieren al porro–, la carrera del artista de 26 años experimentó un antes y un después tras su primer desembarco en Niceto Club, en julio de 2018. Su presencia sobre el escenario en ese show fue tan potente que incluso resultaba comparable con la revolución que causaba Simón Poxyran en sus atracos seminales en Buenos Aires.

Sin embargo, a diferencia del mendocino, Ca7riel no se tornó en un líder generacional. Ni lo pretende. Sólo se comporta como un chico argentino de su progenie: hijo de la Internet y capaz de traducir lo que ama, siente y percibe a través de la contemporaneidad. “Trato de hablar con el lenguaje del momento”, le explicó a este suplemento en octubre. “Por suerte, tengo la edad para hacerlo. Estamos en una época de los hashtags. Es muy flexible, banal y moderno. Está escrito en criollo de mierda. No tengo errores de ortografía, pero elijo tenerlos por una situación estética.”

Así fue como Ca7riel intercaló el número 7 en su nombre artístico, para adoptar una característica trapera y al mismo tiempo para mantener el nombre que le puso su madre, figura fundamental en su vida, y se paró justo en el medio entre la transgresión y la provocación. “Me gustan las cosas fuertes como el queso roquefort”, justificó quien en 2018 giró con Marilina Bertoldi, participó en el nuevo disco de Juan Ingaramo y agotó las salas porteñas en las que se presentó en los últimos meses; y quien formará parte además del Lollapalooza local en 2019.

Después de publicar POVRE en marzo de 2018, incluyendo un sample de La grasa de las capitales en el que es quizá uno de sus mejores temas, Terrible Kiko, el autoproclamado “multiinstrumentista súper manija” publico en noviembre la segunda parte de ese EP, LIVRE: toda una metáfora de un genio que de la austeridad absoluta –no tenía ni agua caliente en su casa– pasó a ser un referente de su era. Y es como dice su canción Para la Forever: “Si bien no estoy encadenado y tengo alas, estoy condenado a la inmortalidad”.

* Leé la entrevista completa a Ca7riel desde https://www.pagina12.com.ar/152190-hablo-con-el-lenguaje-del-momento

* La distinción de Ca7riel como “revelación musical del año” está en el marco de la Encuesta del NO, donde lxs músicxs que fueron entrevistadxs a lo largo del año eligieron lo que más disfrutaron de 2018.