Desde San Petersburgo

Hace pocos meses, Magnus Carlsen retuvo la corona del título mundial. Y en la última semana del 2018, en San Petersburgo, con dos títulos mundiales en juego, y con prácticamente todos los mejores del mundo presentes, se cerró un año brillante para el ajedrez mundial. 

Existe una teoría, imposible de comprobar, que habla de la importancia de los padres al elegir los nombres de sus hijos. Que si ese nombre se emparenta con alguna personalidad destacada en algún ámbito de la cultura, del deporte, de la historia, etc., dicha persona tendrá una mayor tendencia a dedicarse a algo similar al nombre que emula. Vaya uno a saber. Lo cierto es cuando Carlsen nació y sus padres lo bautizaron con el nombre de Magnus, no sé si lo sabrían o no, pero en latín su nombre significa “El Grande”. Y más acertados no pudieron haber estado.

Una vez más el actual campeón mundial demostró por qué es el mejor jugador del planeta. Entre el 29 y el 30 de diciembre se disputó en San Petersburgo el campeonato mundial blitz que organiza la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez). El ritmo de juego fue de 3 minutos por jugador + 2 segundos de incremento por jugada. El sábado 29 se jugaron doce partidas y el domingo, nueve. 

Tras una opaca actuación en el mundial de partidas rápidas (http://wrbc2018.com/en/news/21) en donde finalizó en quinto lugar, pero mostrando estar muy alejado del nivel acostumbrado, el campeón mundial de ajedrez clásico finalizó el primer día de blitz en la punta compartida con el GM ruso Vladislav Artemiev, quien se le escapó de manera magistral en la partida número doce, con escasos segundos y en una posición inferior.

El día domingo apareció el genio, el distinto, acaso el mejor jugador del mundo en la historia del ajedrez blitz, Magnus “El grande” comenzó a aplastar a sus rivales, quienes parecían niños a la hora de enfrentarlo. Carlsen no sólo demostró un juego implacable, sino que utilizó muy poco tiempo en las partidas, aventajando a sus contrincantes en el tablero y en el reloj. 

La última jornada comenzó destrozando al GM holandés Anish Giri en apenas 24 movidas, al GM chino Wang Hao –quien le jugó una variante Rossolimo al igual que Caruana en el reciente match por el título del mundo–; Magnus mostró la excelente preparación que tenía en esa línea venciendo con solvencia. Luego fue el turno del GM ruso Tsydypov Zhamsaran; en el rostro de este jugador y en el de otros se podía observar la impotencia de sus rivales ante los golpes certeros del campeón.

En la ronda 16 venció al GM ruso Golubov, en un final de caballo contra alfil con la fina técnica que lo caracteriza. En la siguiente se enfrentó al preclasificado número dos del certamen, el GM estadounidense Hikaru Nakamura, con quien entabló al igual que en el mundial de rápidas. Continuó otro empate ante el GM israelí Boris Gelfand, subcampeón del mundo en ritmo standard en 2012. Venció al GM azerí Shakhriyar Mamedyarov en la ronda 19 e hizo tablas cortas de negras con el GM Ian Nepomniachtchi. Antes de la última partida llevaba media unidad de ventaja, en caso de alcanzarlo su escolta se tendría que jugar un match desempate. Magnus tenía enfrente al fuerte GM ucraniano Antón Korobov, quien en el comienzo del medio juego “colgó” un peón y abandonó de inmediato. De esta manera, Magnus Carlsen obtuvo el título en solitario. Llegó a 17 puntos sobre 21 posibles. Fue su cuarta corona en esta modalidad, ya que había ganado en 2009, 2014 y 2017.         

Un párrafo aparte para quien lo secundó. El GM polaco Jan-Krysztof Duda, que es el número uno en el ranking de los jugadores menores de 20 años, quedó a media unidad de Carlsen, reafirmando su superlativo nivel luego de una actuación soberbia en la última olimpíada disputada en Batumi. Completó el podio el GM Nakamura con 14,5 puntos.  

En el campeonato femenino se impuso la GM de Ucrania Caterina Lagno, actual pareja del GM Alexander Grischuk, campeón mundial blitz en 2006, 2012 y 2015. La nota de color la dieron los jugadores de Irán: el GM Alireza Firouzja, de tan sólo 15 años, y la Maestra Internacional Khademalsharieh, quien logró el segundo puesto. Firouzja tuvo a mal traer a varios jugadores de la elite. El ajedrez iraní muestra señales de un gran avance en estos últimos años, ya que cabe destacar que fue prohibido en ese país en épocas de su líder Ruhollah Jomeini.

Fue una verdadera fiesta del ajedrez. La afición pudo seguir con mucho entusiasmo a través de Internet cada ronda. Por mi parte tuve el privilegio de comentar el certamen en el canal oficial de FIDE junto al reconocido periodista español Leontxo García, realizando la primera transmisión en español para la federación internacional. Se sienten los vientos de cambio de la nueva FIDE liderada por Arkady Dvorkovich. El ajedrez vive uno de sus mejores momentos, con una afición que crece día a día y con nuevos jugadores que nos maravillan a diario. La pasión desborda de entusiasmo en los cinco continentes. Seguramente el 2019 será un año de nuevos desafíos y nuevos logros para el juego más hermoso jamás inventado.

* GM y campeón mundial juvenil en Buenos Aires 1992.