A 24 días de la frustrante Superfinal de Copa Libertadores para Boca, Gustavo Alfaro fue presentado ayer como el encargado de la reconstrucción xeneize y surfeó por varios temas: su polémica salida (o “traición”) de Huracán, el momento de Boca, la herencia dejada por Guillermo Barros Schelotto, el rol de Carlos Tevez en el futuro y el estilo que tendrá su equipo, entre otros. Además, tras darse el lujo de citar a Jorge Luis Borges y hasta leer un artículo de la Ley de Contrato de Trabajo, el DT dio sentencia sobre lo que será su paso por el Xeneize: “Boca no tiene purgatorio, es cielo o infierno”.
“Sin culpa” espetaba una publicidad en la pantallita que estaba por delante de Alfaro a la hora de la conferencia de prensa y que mutaba de chivo en chivo. Casi un verdadero guiño del destino para el DT, quien dedicó gran parte de la presentación (aunque no por iniciativa propia) a explicar lo que fue su híper comentada salida del Globo. “La decisión para mí fue muy difícil. La consulté con muchas personas, con jugadores de Huracán, con el presidente, con mi familia. No hubo uno que me diga que no lo tomara. Más allá de que lo primero que hice fue asesorarme legalmente”, explicó el DT, quien luego procedió a relatar el artículo 88 de la Ley de Contrato de Trabajo, dando lugar a algunos aplausos.
“Cuando Nico (Burdisso) me habló por primera vez, yo le hablé al presidente Alejandro Nadur, le ofrecí declinar el ofrecimiento y él, con mucha grandeza, me dijo que no podía tomar esa decisión por mí. ¿Dónde esta la traición? Mi traición tal vez fue asumir la responsabilidad, invitar a soñar a jugadores que estaban en descenso directo a luchar por lo máximo. Un año después estaba cuarto, en Copa Libertadores. Ojalá en mi vida me hubieran traicionado como yo lo hice a Huracán”, explicaba el ex entrenador de Rafaela, Gimnasia y Arsenal, entre otros, y daba por terminado el tema para activar nuevamente a los aplaudidores.
Acompañado por el presidente Daniel Angelici (en el centro) y el flamante director deportivo Nicolás Burdisso (a la izquierda del dirigente), Alfaro tampoco esquivo el bulto cuando le tocó hablar del “desafío” que asume en 2019. “Es una mezcla de orgullo y desafío estar hoy acá. Siento que estoy cumpliendo el compromiso que asumí con mi viejo mucho tiempo atrás, cuando le prometí que iba a llegar a lo más grande del fútbol argentino. Siento que llegué a un lugar muy difícil pero lindo y que estamos a la altura y el compromiso de la historia de Boca”, consideró, casi de manera emotiva.
Además, el rafaelino de 56 años se refirió al contraste entre su carrera, cargada de exitosos pasos por equipos austeros, y la llegada a un monstruo económico del fútbol continental como Boca. “No es fácil llegar a estos lugares, yo tuve que trabajar 25 años para llegar a un lugar como éste. Siempre me ha costado, ha sido cuesta arriba. A veces tenés que salvar la categoría, evitar un descenso o salir campeón. Cada uno tiene lo suyo. Pero en definitiva, se que cuento con un plantel muy rico, que a pesar de la coyuntura de no tener el final que esperaba (por la Libertadores pasada), es uno de los mejores planteles de Sudamérica.”
Por último, a modo de resumen, va un punteo de las frases más destacadas de Alfaro. “Como dijo Borges, triunfamos y fracasamos menos de lo que creemos” (una línea muy repetida en el ambiente futbolístico); “Si algo le falta a mi carrera es ganar una Copa Libertadores”; “Es un momento del club que necesita recuperarse”; “He cruzado mensajes con Guillermo y quedamos en juntarnos”; “No tener pasado en Boca no me genera ni ninguna cosa a favor ni ninguna cosa en contra”; “No hay recetas que garanticen el éxito”; “Nos tenemos que sostener en Carlos (Tevez)”. Aunque de entre una verdadera exhibición discursiva del DT, una oración se destaco por sobre todas las demás. “Para mí, Boca no tiene purgatorio, es cielo o infierno”, dijo Alfaro y enamoró a los presentes, que entendieron que el técnico, afamado por el conservadurismo de sus equipos, esta vez, va por todo.