"Anotaremos los nombres de quienes no nos cubren las espaldas y reaccionaremos en consecuencia", advirtió la embajadora en la sede de la ONU en Nueva York, quien añadió que no se trata de trabajar más duro sino de forma más inteligente y actuar "con fuerza, con una nueva visión y con nuevos ojos".
"Verán un cambio en la forma en la que trabajamos", anticipó a los periodistas la ex gobernadora de Carolina del Sur, quien, por el tono de sus declaraciones, ya hizo suyas las premisas del presidente Donald Trump, que en su discurso de asunción afirmó “Primero, Estados Unidos”, y que en Twitter definió a la ONU como una organización con "un gran potencial, pero que ahora mismo es solo un club de gente que se reúne para charlar y pasarlo bien".
Gorbachov, por su parte, afirmó que “el mundo está colmado de problemas y los dirigentes políticos parecen confundidos y perdidos. (…) La situación actual es demasiado peligrosa. Más tropas, tanques y personal armado están siendo traídos a Europa. Mientras los presupuestos estatales están luchando para financiar las necesidades sociales esenciales de la gente, los gastos militares están creciendo".
El Premio Nobel de la Paz 1990 denunció que “los líderes políticos y militares suenan cada vez más beligerantes y las doctrinas de defensa más peligrosas. Los comentaristas y personalidades de la televisión se están sumando a este coro belicoso”. “Todo hace parecer como si el mundo se estuviera preparando para una guerra", sostuvo.
Una semana después de la asunción de Trump, Gorbachov exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a "adoptar una resolución estableciendo que una guerra nuclear es inaceptable y nunca debería realizarse". "Creo que la iniciativa para llevar a cabo esta resolución debería venir de Donald Trump y Vladimir Putin , los presidentes de las dos naciones que tienen el 90 por ciento del arsenal nuclear del mundo y por eso tienen una especial responsabilidad".