Hasta el 24 de febrero puede verse, en el Museo Estévez (San Lorenzo 753), puede verse la muestra Leña, de Dante Taparelli. En ella, el artista expresa con crudeza la vulnerabilidad del ser y la vacuidad del éxito. Lo efímero de los trofeos y éxito no alcanzan a reparar las marcas profundas del alma. Leña es definida como una llamada al sentir, una rebelación ante la indiferencia, con curaduría a cargo de Lila Siegrist.

"Estos últimos años pasé mucho tiempo trabajando en el cementerio, en permanente contacto con la realidad, y sé que las cosas no son nuestras, no se van con nosotros. Mostrando un poco los fuegos fatuos con los que uno se rodea y se cree dueño del mundo, como los trofeos, y la vajilla de metal, los transformé en chapa y con eso forré e hice personajes que tienen una mirada tremenda, de desasosiego. La mirada de desasosiego que nos dice que mientras uno está disfrutando de eso que tiene, hay tantos Juanitos Laguna comiendo de la basura o durmiendo debajo de un puente. La muestra, de alguna manera, da testimonio de que toda esta estupidez en la que se transformó la sociedad en los últimos años nos lleva al caos. Por eso la llamé Leña, porque el destino de todo eso es el fuego. Como el nuestro", expresó Taparelli.

El artista contó que siempre ha trabajado "con el dolor humano". "Todas mis obras son rengas, siempre les falta algo. En este caso, hice un collage tomando como experiencia cuestiones personales. Yo tuve dos madres y las vi a las dos desarmar su vida, de a poquito, cuando ya no podían estar solas, para que alguien las cuide. Entonces, mueble por mueble, copa por copa, toda esa ficción de lujo y seguridad que uno construye sobre la vida, va desprendiéndose de a poco hasta transformarse prácticamente en un bolso, que es con lo que uno se aleja", explicó sobre Leña.

Radicado desde 1979 en Rosario, Taparelli es un artista inmerso en diferentes disciplinas y también gestor cultural.