El peruano Lucas Barrón hará historia en el Rally Dakar 2019, cuando a partir del 6 de enero se transforme en el primer competidor con síndrome de Down en participar en una de las carreras más exigentes del planeta. “Nuestro objetivo es terminar la ruta y llegar a la meta”, asegura a AFP Lucas Barrón, quien acompañará como copiloto a su padre Jacques Barrón en la prueba que este año se correrá íntegramente en Perú.
Lucas se preparó durante meses para esta dura prueba, en la que participarán más de 500 pilotos, y donde será el primer competidor con síndrome de Down en 41 años de historia del Dakar. Nacido en Lima hace 25 años, rebosa entusiasmo por estar a las puertas de cumplir uno de sus sueños como deportista.
“Esta carrera es buenaza para mí. Sera fácil porque sabemos la ruta”, manifestó el joven de mirada luminosa en un taller mecánico en Lima, donde le dan los últimos toques al vehículo UTV que compartirá con su padre, en categoría SXS de la prueba motorizada más dura del mundo.
Pocos deportes son ajenos a la voluntad de superación que demuestra Lucas. Tras practicar natación, fútbol, ciclismo, surf y esquí acuático, siente que está “preparado y capacitado para superar las dunas del desierto” peruano. Apasionado del rock y el hip hop, Lucas explicó que su misión consistirá en estar al tanto de cualquier falla mecánica y al estado de la ruta. “Lo voy a ayudar a ver el motor, la ruta y los neumáticos”, acotó el joven luciendo orgulloso su traje blanco de copiloto.
El desierto peruano tampoco es ajeno para este amante del deporte de los fierros. En septiembre fue copiloto de su padre en el Dakar Series-Desafío Inca, carrera preparatoria al Dakar 2019, que se corrió en las dunas de Ica, al sur de Perú. El equipo Barrón x 2, como lo bautizaron, finalizó séptimo en esa competencia.
Jacques Barrón, un ingeniero de 55 años, resaltó que no tuvo ningún problema con los organizadores del Dakar para inscribir a su hijo en la competencia. El requisito fue el mismo que sigue cualquier competidor: pasar todos los exámenes médicos y contar con los documentos exigidos. “Lucas ya tiene la licencia de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para participar en el Dakar”, dijo su padre.
Barrón indicó que Lucas no tiene miedo a nada, sabe qué hacer si surge algún problema mecánico. “Los ojos de Lucas serán los ojos del auto para evitar impactar con otro auto o con cualquier objeto”, añadió Jacques, que ya participó en el Dakar en cinco oportunidades.
“Las personas con síndrome de Down desarrollan ciertas capacidades. Lucas puede desarrollar cualquier deporte”, destacó con orgullo su padre.
En sus 5000 kilómetros –el 70 por ciento de ellos en la arena–, el Dakar recorrerá Lima y las regiones sureñas de Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, esta última fronteriza con Chile. La etapa más dura será el maratón de 370 kilómetros entre Arequipa y Tacna, en la quinta jornada (10 de enero).
Lucas admira al piloto francés Cyril Despres, un amigo de su padre, con el que entrenaba cuando corría en moto en las dunas y desiertos peruanos. “Despres me escribió en Facebook, me felicitó”, señaló tras recordar que el cinco veces campeón de motocicletas del Dakar le regaló en 2017 una camiseta autografiada que conserva como un tesoro personal.
Sin grandes patrocinadores y con una preparación de año y medio, padre e hijo competirán en la carrera con el vehículo número 433, un pequeño UTV arenero que compró Jacques a unos 30.000 dólares.
El Dakar tendrá lugar por cuarta vez en Perú aunque la versión de 2019 se correrá únicamente en este país. Bolivia, Argentina, Paraguay y Chile declinaron ser parte de la prueba por razones de austeridad.