Esta noche hay fiesta. Muchos invitados, música y líos varios. El salón está servido, se divide en dos: un espacio verde y principal; otro secundario, bajo una carpa. La cita viene con las firmas de Romina Tamburello y Paola Chávez. De cómo estar juntos, una comedia de bodas, se presentará hoy y todos los sábados del mes, a las 21.30, en el ciclo "Un Verano Fresquito" de Teatro La Comedia (Mitre 958).

Tamburello y Chávez vienen de compartir misma tarea en Matar al Diván, ahora enfrascadas en una celebración que incluye los nombres protagonistas de Camila Olivé, Juan Pablo Yevoli, Juan Nemirovsky, Ofelia Castillo, Leila Esquivel y Juan Biselli. Habrá más presencias, rotativas entre las diferentes funciones. "Es una fiesta de casamiento con un tiempo real ficcionalizado, en la cual en clave de comedia y con una dinámica de entradas y salidas a la manera de las sitcom, se pone en debate la pregunta de si existe el amor para toda la vida. También nos reímos un poco de estos festejos, y de la idea de que los novios a veces durante el casamiento no se cruzan, sea porque cada uno está con sus amigos, o no comen la comida porque están nerviosos. De tal manera que la fiesta que planearon durante un año, cuando sucede, efectivamente es mucho más disfrutada por los invitados que por los mismos novios", le explica Tamburello a Rosario/12.

--Supongo que ese mismo disfrute lo habrán experimentado ustedes, durante los preparativos y ensayos.

--El disfrute es total, y en cada ensayo con Paola Chávez nos reímos muchísimo. Los seis actores vienen haciendo comedia desde hace años, y además de todo eso hay una fiesta que estará sucediendo en el escenario. Por otro lado, los personajes que intervienen tienen un conflicto particular con el amor y con la forma de verlo. En este sentido, está el amigo del novio, un solterón empedernido que se va a dar cuenta de que quizás ya quiere sentar cabeza; está el mozo, que es un tipo a quien la novia acaba de dejar y se llevó las cosas de su casa; está la wedding planner, una pequeña mujer que tapa todo con trabajo; está la madre de la novia, alguien que se casó de joven, se divorció, y ahora no quiere que la hija se case, está en contra del matrimonio y tiene una vida mucho más osada que sus propias hijas; y están los novios, que parecieran ser los protagonistas pero en realidad son parte de una celebración que termina por existir sin ellos. Ésa es también nuestra idea: pensar quién se casa, para qué, delante de quién, si nos casamos entre nosotros o lo estamos haciendo delante de alguien. Es como reírnos, pero también para poner en la mesa esta pregunta que, para nosotros, es la gran pregunta en los tiempos que corren: ¿existe el amor para toda la vida?

--¿Cómo funciona la interacción entre los dos espacios del escenario?

--La escenografía tiene un patio adelante, con una barra y una glorieta, y detrás hay una carpa real, donde transcurre una fiesta. Van a ir invitados por cada función, que serán parte de la obra también. Van a estar bailando, con la típica música de los casamientos; es decir, va a suceder toda una fiesta en paralelo a lo que ve el público, de manera tal que se va a poder disfrutar de dos cosas: de la obra de teatro y en paralelo de la fiesta. Por otra parte, en las fiestas hay todo un status quo de lo que tiene que suceder. En la obra, por ejemplo, el novio y su mejor amigo inventan aplicaciones para teléfonos celulares, y con una de ellas detectan actitudes machistas. Cuando comencé a escribir a la obra, me di cuenta de que todas las canciones de los casamientos son machistas; entonces, hay un juego de comedia con esta aplicación que empieza a sonar con todas estas canciones, con todas esas cosas que uno da por sentado, de que hay que bailar la canción Los piratas, de Los Auténticos Decadentes, cuando la letra te dice todo lo contrario de lo que uno espera de un matrimonio.

--¿Tuviste referencias a la hora de escribir?

--Con Poli Chávez venimos trabajando desde hace más de diez años, ella es la directora de casi todo lo que yo escribo. Con ella, lo que empezamos a ver fueron películas de bodas, hay millones, y de allí fuimos robando ciertos lugares comunes, que no sólo suceden en las películas sino también en los casamientos a los que hemos ido. Lo que sucedió también es que los actores trajeron mucha referencia propia y mucha propuesta, que a la hora de escribir el texto lo modificaba permanentemente. Yo en particular no me casé, pero el resto fue a muchos casamientos, entonces todos trajimos muchas anécdotas, escuchadas o vividas. Y lo que tiene esta obra de interesante es que cada función va a ser distinta, porque al contar con este dispositivo de extras que son los invitados a la boda, y con una directora presente en escena que soy yo -voy a estar camuflada entre los invitados-, esta obra de texto podrá modificarse según la función, con pequeños guiños a los personajes que vayan ingresando, según el actor invitado.

Romina Tamburello subraya el apoyo de Teatro La Comedia y de su director, Sebastián D'Addario. "Somos un grupo de actores independientes y podemos hacer teatro en este teatro gigante, que es La Comedia. Santa Fe y Rosario siguen siendo una microburbuja, que escapa al vaciamiento de las industrias culturales que se está haciendo a nivel nacional. Todavía podemos vivir de lo que queremos en esta provincia", concluye.