París volvió a ser escenario de disturbios entre el movimiento de los chalecos amarillos y efectivos policiales, en el octavo fin de semana de marchas en Francia. La zona del Ayuntamiento y los alrededores de la sede de la agencia de noticias AFP, fueron los lugares donde hubo altercados, que también se replicaron frente a la Prefectura de Policía, junto al río Sena. Los hechos no fueron tan graves como los de las marchas anteriores, con una menor afluencia de participantes.
Se calcula que marcharon 12 mil personas, contra 25 mil de la última movilización. El gobierno de Emmanuel Macron denuncia que hay una “insurrección” detrás del movimiento, surgido hace dos meses para rechazar el aumento en los combustibles, una medida que el presidente debió retrotraer.
La marcha de hoy comenzó junto al Arco de Triunfo, donde con un megáfono había gente con una consigna: la renuncia de Macron. París no fue el único lugar donde se marchó. También hubo movilizaciones en otros puntos del país, como Lyon, Toulouse y Rouen.
Los incidentes fueron contenidos por las fuerzas de seguridad, que bloquearon todo acceso de los manifestantes al Parlamento. El ministro del Interior, Christophe Castaner, llamó a "todos a la responsabilidad y al respeto de la ley" mientras seguía los hechos en una reunión con los jefes de las fuerzas de seguridad. El ministerio del Interior movilizó a unos 4 mil efectivos para garantizar el orden.
“Marcharemos aquí todos los sábados”, proclamó Sophie, una manifestante, por un megáfono. “Nos aseguraremos de que los ciudadanos recuperen el poder. Queremos estados-generales organizados por el pueblo y para el pueblo”, agregó.