Pocos días antes de que el presidente Nicolás Maduro Moro asuma su segundo mandato, la oposición dio otra muestra de su nulo apego a la democracia. Por caso, el reciente electo presidente de la Asamblea Nacional (parlamento) de Venezuela, Juan Guaidó, uso su discurso de asunción para reclamar a las Fuerzas Armadas la realización de un golpe de Estado.
"Hoy está rota la cadena de mando, al no tener un legítimo comandante en jefe que derive de la soberanía popular", dijo el parlamentario de 35 años que llegó a su cargo de diputado en elecciones tal como prevé la Constitución venezolana pero suele desconocer.
Guadió integra uno de los partidos más virulentos de la derecha venezolana, Voluntad Popular que tiene como principal referente a Leopoldo López, encarcelado por ser el cabecilla de los hechos violentos protagonizados en 2014 y que costara la vida de más de 40 personas. El diputado tiene entre sus antecedentes la promoción de una intervención extranjera en Venezuela y el intento de la formación de un gobierno paralelo para desbancar a Maduro.
Curiosamente, Gaudió al momento de dar su discurso definió a Maduro como un "dictador" y por eso pidió al Ejército "actuar para restituir el orden constitucional", ya que “es momento de que todos actuemos, incluidos los militares”.
Buena parte de su mensaje fue hacia los uniformados. “Sabemos que ustedes son parte de la Venezuela que aspira libertad, progreso, justicia, seguridad y oportunidades", señaló el parlamentario golpista. Al mismo tiempo que pidió al Ejército que tome cartas en la situación política, llamó a los diputados a trabajar para que haya una transición y pueda haber “elecciones libres” en el país.
Maduro jurará su segundo mandato el próximo jueves 10 de enero. Para Guaidó, ese día, tras la jura del mandatario reelecto, la presidencia quedará “usurpada” y por ello la Asamblea, como órgano legislativo, asumirá "la representación del pueblo y de Venezuela ante la comunidad internacional", una maniobra que ya intentaron realizar cuando en 2015 la oposición obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional. Sin embargo, fracasaron en su intentona.
Los opositores buscaron dar una muestra de fortaleza durante el acto de asunción de las autoridades. Lo hicieron en consonancia con la renovada ofensiva del autodenominado Grupo Lima, una serie de países latinoamericanos alineados a los intereses de los Estados Unidos y que incluye a Brasil y la Argentina, que aseguró que no reconocerán a Maduro como presidente constitucional de Venezuela.