El yerno de Roberto Fernández Montes, el empresario español asesinado el sábado pasado, volvió a su casa 40 minutos después de salir de la escena del crimen, lavó la ropa que llevaba puesta y tiró su calzado a la basura, informaron los investigadores. El dato lo aportó Natalia, su esposa e hija de la víctima, quien se sorprendió al ver lo que hacía su marido. Por otra parte, aún continúa la búsqueda de Pedro Fernández Torres, único prófugo de la causa y acusado de ser coautor del homicidio cometido en el barrio de Caballito.

“Él llegó a su casa alrededor de las 14.30 y lo primero que hizo fue sacarse la ropa y meterla en el lavarropas. A ella (Natalia) le llamó mucho la atención que él mismo prendiera el lavarropas a las dos y media de la tarde de un sábado”. Así describió una fuente judicial el accionar de Santiago Corona, uno de los imputados por el crimen de su suegro Roberto Fernández Montes. De acuerdo con las grabaciones de seguridad develadas a la prensa, el presunto homicida salió del edificio de Caballito en un Suzuki Fun a las 13.49 del sábado 21 de enero. Según el testimonio de su esposa ante el juez Hernán López, Corona llegó a su casa –distante sólo quince cuadras de la residencia de Fernández Montes– puso su ropa a lavar, embolsó sus zapatos y los tiró a la basura.

Tras la declaración de Natalia, el juez López, del Juzgado de Instrucción N°1 de la Ciudad de Buenos Aires, dispuso allanar la casa que compartían con Corona y allí personal de la Policía de la Ciudad secuestró la misma vestimenta que usó y lavó el acusado el día sábado, y que aún permanecía colgada en el tender. “Toda esa ropa fue enviada a la División Laboratorio Químico de la Policía Federal para que sea analizada por los peritos ante la posibilidad de detectar algún rastro de sangre perteneciente a la víctima”, indicó una fuente judicial cercana a la causa. A la vez, el magistrado encargado de la investigación ordenó examinar toda la basura del departamento de Corona, con el objetivo de hallar el calzado del imputado.

En los últimos años, la relación entre yerno y suegro tuvo traiciones y acusaciones. Los investigadores sospechan que Corona adeudaba dinero en el período en que llevaba la contaduría de la empresa Mini Vial, propiedad del empresario asesinado. Y Fernández Montes, de 67 años, le comentaba de aquellos manejos económicos a su hija Natalia. Según el abogado de la familia de la víctima, Matías Morla, el móvil se aceleró una vez que “Corona sacó una póliza de seguro de vida para su suegro en la que él mismo era beneficiario”. “El crimen que ocurrió ahora lo vienen planificando hace seis meses. Él (Corona) quiso evitar una causa penal por los robos que cometió cuando manejaba la empresa. Todo esto se verifica en los extractos bancarios que realizó”, indicó el letrado.

La investigación aún busca resolver quién era la persona a quién los videos registraron en compañía de Corona en el edificio de Caballito. El miércoles, César Arce López, uno de los detenidos, negó que fuera él el hombre que aparece en las imágenes de las cámaras de seguridad. Por ello, el juez ordenó la captura de Pedro Ramón Fernández Torres, ciudadano paraguayo de 50 años, y lo imputó como presunto coautor del homicidio. Ayer, mientras la Policía de la Ciudad allanaba la casa de Fernández Torres –ubicada a 150 de donde apareció quemado el Suzuki Fun– en el partido de Esteban Echeverría, la Dirección Nacional de Migraciones informó al juez López que el prófugo no registró una salida formal del país. Fuentes judiciales no descartan que se haya fugado por algún paso clandestino.