- Pobreza
En su infructuosa lucha por llegar a la “pobreza cero” el gobierno equivocó el sentido, y se fue exactamente al otro lado, acercándose entonces a la “pobreza infinita”. Hay quien dice que en verdad es “pobreza cero... a la derecha, o sea que la multiplicó por 10”. No nos extrañe si nuestro ministro de Evacienda les echa la culpa a las Matemáticas. O a Dios, que “hace a los ricos y a los pobres por igual”, dicen los religiosos, pero mienten, porque la verdad es que “hace muchos más pobres que ricos”.
- Salarios
Los salarios perdieron parte de su poder adquisitivo, que ya era poco, y así tenemos una clase media que “no llega a fin de mes” y una clase humilde que “no llega ni a principio de mes”. No es cierto que sean una “variable de ajuste”, como reclama la oposición, ya que el gobierno los considera una “constante de ajuste”. El Ministerio de Trabajo pasó a “Subsecretaría de Comer y Descomer” y de allí a “La Nada Misma”. Los aumentos de sueldo son ahora una especie de extraña creencia religiosa (“Si Dios quiere”).
- Aborto legal
A pesar de las chicanas de quienes dicen “cambiamos la disyuntiva ‘celeste o rosa’ por ‘celeste o verde’”, hubo un debate serio, sesudo e intenso, a veces menospreciado por quienes afirmaban que los espermatozoides atravesaban los inexistentes preservativos “de porcelana” consiguiendo así que la gente le tenga miedo a tomar té. Finalmente, como suele pasar en estos años, “ganaron los malos”.
Y un consejo para ellos, y todos y todas: en 2019, vayamos más allá, en lugar de “salvar las dos vidas”, ¡salvemos 45 millones de vidas, no votemos a MM!
- Economía
Un hombre que confunde un baldío con una mansión llega a ministro de Economía: eso lo explica todo. Él mismo aclaró que “siempre pasó que con un ajuste así, se cae el gobierno”, mientras sus coequipers del mejor Equipo Contrario de los últimos 50 años se agarraban de las tetas o de los testículos, según corresponda.
La inflación, cual Toy Story, se fue “al infinito y más allá”.
El sumo Maurífice tuvo una Love $tory con Mme Lagardel, aunque muchos creemos que se trató del síndrome de Estocolmo. Si esto es amor, lo de la lluvia de inversiones es un “touch and go” y los banqueros vendrían a ser “amigos con derechos”.
- Producción
- Cultura
- Justicia
- Ciencia
- Salud Pública
- Derechos Humanos
- Educación
(Nota: No es un error, es un balance objetivo de estos rubros. Bueeeno, nooo..., mentira, en todos estos rubros se ha hecho mucho. Perdón por la errata: quise decir “se echó mucho”).
- Seguridad
Se han comprado muchas armas: tanques y aviones con los que se podrán reprimir exitosamente asaltos, crímenes y violencia callejera, luego de que se ensanchen las calles y se coloquen aeropuertos en las mismas.
Los ciudadanos pueden ir armados si así lo desean, para mayor seguridad... de que a alguno/a se le escape un tiro. La policía, a su vez, podría disparar sin avisar en caso de ver a un sospechoso, lo que divide a la población en “gente común” y “sospechosos” en base al criterio de cada agente de la ley del más rico. Se recomienda a los ciudadanos no parecer sospechosos, para mayor tranquilidad.
- Mundial de Rusia
Argentina sorprendió... esperaban que jugara bien. Bueno, que jugara. Mientras otros países invertían millones de dólares en sus jugadores, la Argentina invirtió ese dinero en llevar decenas de miles de hinchas, que estaban en la tribuna cantando a coro “¡27, 28, 29!”. No eran los minutos, sino el precio del dólar. Finalmente, perdimos contra el campeón y el subcampeón. Pero nadie te premia por las derrotas ¡es injusto!
- Internacional
En el intento de ser “el supermercado del mundo” terminamos poniendo el país entero en promo. Vinieron los del G20 y mostramos nuestra altísima capacidad en generar papelones a nivel mundial. Con Macron, por ejemplo, con el premier chino y también con Trump, que no necesitó audífono para entender que MM le decía “yes, yes, yes, yes, yes”.
En Francia, los amarillos no son “promacri” sino “antimacron”, demostrando la relatividad de los colores. Trump sigue gobernando los Estados Unidos, tanto su territorio nacional como su territorio extranjero. China sigue creciendo a tasas chinas, como si fueran peronistas. Brasil... Brasil... tristeza não tein fin.
- Inclusividad
El gobierno demostró buscar la equidad de género, gobernando por igual para ricas y ricos.
Lenguaje inclusivo: Este presente es endeble, enclenque, demente. Eme Eme, el gerente, cree descender de reyes, tener genes de jeque. Que el eje terrestre es de él, que le pertenece. ¿Pretende ser regente perenne?
Cree que Menem es excelente precedente. Se teme que eche en el retrete gente que ejerce decentemente. Vende que es excedente.
Pretende que le presten verdes, que merece que le den cheques... ¡qué se cree! Gerentes del Efe Eme le descreen. Se prevé que receten meses de peste. Es de creer que le espeten “¡Que entregue, que entregue!
Es de entender que le peguen vehementemente en el FPV (efepevé), que le detesten. Él cree que el F.R. (efeerre) le cree.
- Política nacional
La oposición, en rara paradoja, se multiplica y se divide al mismo tiempo. Están quienes dicen “Hay 2019” y quienes suspiran “¡Ay, 2019!”. Los sectores que manejan pretenden perpetuarse en el poder, aunque no sabemos si desde el gobierno o desde la oposición. Está ciertamente en duda la reelección de Lagarde. En la oposición tienen claro que tienen que ir unidos, pero no se decide si “unidos todos juntos” o “unidos de a poquitos”. Los cuadernícolas pretenden volver al Mesozoico. Vivimos un extraño momento en el que la izquierda pelea por el capitalismo, y la derecha, por la Edad Media o el Imperio romano fashion.
Bueno, he aquí un brevísimo panorama de lo acontecido en 2018. Pero para resumir más aún lo acontecido, digamos, parafraseando a Groucho: “He pasado un año maravilloso, no ha sido este”.