La negociación salarial en la actividad bancaria se recalentó. El Ministerio de Trabajo recurrió el jueves a un artilugio legal para que las entidades no paguen con los haberes de enero el anticipo del 10 por ciento a cuenta de la paritaria más un plus de 2000 pesos. La recomposición fue pactada con el gremio para atravesar los primeros meses del año antes de firmar la paritaria anual. “Sinvergüenzas y estafadores”, lanzaron desde el sindicato que encabeza Sergio Palazzo para referirse al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y a los directivos de las entidades extranjeras como HSBC y Santander Río, a quienes responsabilizan por frustrar el acuerdo. Para los trabajadores que perciben el ingreso correspondiente a la categoría inferior del sector, la mejora representaría unos 4100 pesos mensuales, alrededor de 19 por ciento, a cuenta de futuros aumentos. Desde el sindicato advierte que evalúan tomar nuevas medidas de fuerza. La decisión estará supeditada al resultado de la audiencia prevista para el próximo miércoles entre las partes en las oficinas de Trabajo.
“Banqueros, paguen lo que deben”, concluye el comunicado firmado por La Bancaria. Los bancos abonaron dos compensaciones salariales pactadas como parte del paquete salarial negociado en noviembre. La próxima semana, cuando se liquiden los haberes, los bancarios deberían percibir además un aumento del 4 por ciento. Aunque en el sindicato están alertas de lo que pueda suceder con ese último ítem, las miradas están puestas sobre la negociación salarial 2017. Trabajo bloqueó el jueves el anticipo a cuenta que validaron el ex presidente del Banco Nación y ex titular de la cámara Abappra, Carlos Melconian, y un sector de la cartera laboral que está enfrentado a Triaca.
“El acuerdo en cuestión no se encuentra ratificado ante esta cartera y tampoco se ha efectuado el control de legalidad para proceder a su homologación”, reza el documento que recibieron las entidades bancarias. La disputa no sólo revela la estrategia oficial para contener demandas salariales tras la contracción del poder adquisitivo, sino que expone pujas de poder al interior de la cartera laboral. Además, dejó al descubierto tensiones de distintas áreas, como los bancos públicos con los funcionarios de la Jefatura de Gabinete a cargo de la supervisión y control de la gestión diaria. Desde el Gobierno pretenden evitar que los convenios colectivos relevantes incluyan pagos a cuenta de futuros aumentos, con los cuales se posterga la firma de un acuerdo definitivo. El objetivo de la Casa Rosada es lograr acuerdos anuales, o por períodos más extensos, con porcentajes de mejora en línea con la inflación deseada por las autoridades.
La proyección del Banco Central oscila entre 12 y 17 por ciento para 2017. Ajenos a las distintas dinámicas y rentabilidades sectoriales o al retroceso en la capacidad de compra de los salarios durante 2016, las autoridades proponen incorporar una cláusula que dispare de manera automática el pago de una suma adicional si los aumentos de precios superan ese guarismo. Como referencia, exhiben al acuerdo entre la provincia de Buenos Aires y los trabajadores estatales de 18 por ciento en tres tramos, por 15 meses.
Ante esa promocionada cláusula gatillo, La Bancaria replica que la posibilidad de reabrir la paritaria si la inflación se dispara ya está contemplada en sus acuerdos. Como parte de la negociación que se abre antes del encuentro del miércoles, en el sindicato intimaron públicamente a los directivos de las entidades financieras a que, antes de la audiencia del 1° de febrero en la sede laboral de Callao al 100, abonen “los acuerdos de forma integral, incluyendo el anticipo”.
“Este hecho es de extrema gravedad, tanto Triaca como los funcionarios son cómplices de esta maniobra ilegal, así como los banqueros que se avienen a incumplir sus acuerdos con los trabajadores bancarios. No son solamente unos sinvergüenzas, sino que de consumar este robo de ingresos de carácter alimentario para las familias bancarias se convierten en vulgares estafadores”, sostiene la comisión directiva del gremio en el duro comunicado difundido ayer.
El texto enviado por el gremio cuestiona la política económica del gobierno de Mauricio Macri y declara “el estado de alerta y movilización de los bancarios, haciendo responsables a los banqueros y el ministro del conflicto y de los incidentes que pudieran suscitarse con motivo de su absurda provocación”. Desde Trabajo lamentaron la posición del gremio. “En el sindicato se creen los dueños de los bancos. No es así. Tienen que ser racionales y comprensivos. Proponemos el modelo de la provincia de Buenos Aires con los estatales”, indicaron.