El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, presentó ayer su renuncia. Aunque todavía le restaban tres años de mandato, el médico decidió dar un inesperado paso al costado. A partir del 1 de febrero será reemplazado de manera interina por la consejera delegada de la entidad, Kristalina Georgieva. Yong Kim había quedado al frente de la entidad en 2012 y, según trascendió, volverá a trabajar en el sector privado. El BM forma parte de los organismos multilaterales de crédito creados después de la Segunda Guerral. La regla no escrita indica que la entidad es presidida por un representante del gobierno estadounidense mientras que el FMI es comandado por los europeos. A pesar de los recientes intentos por impulsar candidatos latinoamericanos y africanos ajenos a la Casa Blanca, la conducción del banco se mantiene bajo la órbita norteamericana. El financiamiento del Banco Mundial está condicionado a la implementación de las recetas de ajuste y reformas estructurales que exige el FMI. “Seguimos apoyando al presidente Macri de manera muy contundente”, expresó en julio pasado Yong Kim durante una visita al país.