El deterioro del consumo que provocó la pérdida de poder adquisitivo de los salarios se refleja en el número de locales vacíos. En apenas el último bimestre del año pasado aumentó 11,8 por ciento la cantidad de establecimientos porteños que bajaron la persiana respecto de septiembre y octubre previos, en tanto que el cierre de comercios creció 57,4 por ciento contra igual lapso de 2017, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) sobre estadísticas oficiales. El relevamiento toma las principales arterias porteñas, donde la peor parte se la llevó la avenida Avellaneda, históricamente relacionada con la venta textil, donde se duplicó el cierre de locales de un bimestre al otro. La Cámara también brindó información de establecimientos en La Plata, donde la caída fue de 40 por ciento entre bimestres. En este caso no hay datos interanuales.
La incapacidad para controlar la inflación por parte del Gobierno, la cual fue atizada constantemente con tarifazos, la apertura de puertas al aluvión de importados y el techo a las paritarias como variable de ajuste resintió el mercado interno. Desde que asumió la alianza Cambiemos hasta diciembre último, el salario real cayó un 17,3 por ciento, la merma más profunda desde la crisis de 2001, según datos del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) que depende de la UMET. Como consecuencia de esta caída el mercado interno y las fábricas se achican o cierran.
En textiles, calzados, marroquinería y juguetes, el impacto del aumento de la importación fue clave, ya que las escasas ventas que se mantienen se sustituyen por compras externas. Esto explica en buena medida el incremento de locales que bajan sus persianas por reducción de ventas y nula rentabilidad. También se hizo evidente en los últimos meses el descenso de restaurantes y de sucursales de grandes cadenas de super e hipermercados. El relevamiento efectuado durante noviembre y diciembre últimos por la CAC da cuenta de ese aumento de locales inactivos, ya sea por venta, alquiler, clausuras o simplemente bajaron sus persianas y se encuentran vacíos.
“Durante ese último bimestre se detectó un total de 255 locales sin actividad comercial en las áreas relevadas. Respecto de la anterior medición, correspondiente al período septiembre-octubre, refleja una suba de 11,8 por ciento, ya que entonces los locales inactivos eran 228”, advierte el informe. En términos interanuales, el alza de 57,4 por ciento se contrasta con los 162 locales inactivos de noviembre-diciembre de 2017. Esta cifra se desgrana en un aumento de 21 por ciento en locales cerrados, mientras que los que se encuentran en venta crecieron 100 por ciento y los que siguen ofrecidos para alquilar avanzaron 2,2 por ciento. El peor registro desde que se realiza el relevamiento de la CAC fue en el segundo bimestre de 2016, durante la primera recesión del gobierno macrista, con 403 locales porteños vacíos.
De acuerdo con la medición de la Cámara, que incluyó a las principales arterias comerciales porteñas, se registraron disminuciones en dos áreas, mientras que en las restantes hubo aumentos. En la parte comercial de la avenida Córdoba la cantidad de locales sin actividad se redujo de 31 a 26 establecimientos inactivos (-16,1 por ciento) y en la peatonal Florida pasó de 21 a 19 (-9,5 por ciento). Por su parte, en la avenida Pueyrredón aumentó de 13 a 15 locales cerrados (15,4 por ciento); en Cabildo, de 12 a 15 (25 por ciento); en Santa Fe, de 29 a 36 (24,1 por ciento); en Rivadavia, de 53 a 55 (3,8 por ciento); en Avellaneda, de 7 a 14 (100 por ciento), y en Corrientes, de 62 a 75 (21 por ciento).
La entidad también ofreció datos de cierres en La Plata, a partir de estadísticas de la Federación de Mayoristas y Proveedores del Estado de la Provincia de Buenos Aires (Femape), que también dan cuenta del cierre de locales. “Durante los últimos dos meses de 2018 se detectó un total de 60 locales sin actividad comercial en las áreas relevadas. Respecto a la medición anterior, correspondiente al período septiembre y octubre de 2018 (43 establecimientos) implica una suba del 40 por ciento”, según el informe. La cifra responde a un aumento de 185 por ciento en locales cerrados y una disminución de la oferta de locales en alquiler del 20 por ciento. Esto último es habitual en meses de vacaciones, donde se apuesta a un repunte, aunque sea estacional, en el consumo.