El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asumirá hoy su segundo mandato en medio de tensiones con los países del Grupo de Lima, al que el mandatario acusó de promover un golpe de Estado. Maduro tomará posesión ante el Tribunal Superior de Justicia, en lugar de la Asamblea Nacional, que se encuentra en desacato desde el 2016.
“Está en marcha un golpe de Estado, ordenado desde Washington, ordenado desde el ‘cartel’ de Lima (Grupo de Lima), en Venezuela. Y les digo: el pueblo venezolano sabrá responder cualquier intentona, cualquier intensión que se pretenda hoy o mañana”, afirmó el presidente durante una conferencia de prensa que se transmitió en cadena nacional ayer desde el Palacio de Miraflores, en Caracas. Además, advirtió al Grupo de Lima que tomará represalias si no rectifica su posición sobre Venezuela –que no reconoce la legitimidad de la nueva presidencia de Maduro– en 48 horas. “Se entregó a todos los gobiernos del ‘cartel’ de Lima una nota de protesta donde les exigimos una rectificación de sus posiciones sobre Venezuela en 48 horas o el gobierno de Venezuela tomará las más urgentes y crudas medidas diplomáticas”, sentenció el mandatario en la rueda de prensa donde también se comprometió a impulsar los cambios que hacen falta en Venezuela.
Maduro calificó como inaceptable la declaración emitida el pasado viernes por el Grupo de Lima, con apoyo de Estados Unidos, en la que le pidió no aferrarse a la presidencia, no asumir, y, en cambio, transferir el poder al Parlamento de mayoría opositora, mientras se convocan “elecciones democráticas”. Y consideró que el llamamiento para que transfiera el poder al Parlamento equivale a “ordenar el derrocamiento del Gobierno legítimo de Venezuela”.
El mandatario venezolano rechazó en particular el punto en el que el bloque, al que acusa de seguir órdenes de Washington, tomó partido por Guyana en una disputa territorial con su país. En la declaración, suscrita por 13 de sus 14 miembros –México fue el único que se abstuvo–, el Grupo de Lima incluyó un punto que rechaza “cualquier provocación o despliegue militar que amenace la paz y la región” y pidió a Maduro que desistiera de “acciones que violen los derechos soberanos de sus vecinos”.
Se refería a la interceptación de dos buques de exploración sísmica, contratados por la petrolera estadounidense ExxonMobil con permiso del gobierno guyanés, por parte de la armada venezolana en la región del Esequibo, que se disputan Caracas y Georgetown, el 22 de diciembre.
La tensión creciente entre el Grupo de Lima (compuesto por Argentina, Chile, Perú, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guayana, Honduras, Panamá, Paraguay y Santa Lucía) y Venezuela siguió escalando esta semana. El canciller de Perú, Néstor Popolizio, afirmó el lunes que su país prohibirá el ingreso de los miembros vinculados al gobierno venezolano, así como de sus familiares. “Me parece que la decisión del gobierno de Perú es una ridiculez, es una estupidez (...) no tiene ningún efecto”, dijo ayer el mandatario durante la rueda de prensa. “América latina no está para prohibir la entrada de nadie ni hacer muros, está para dialogar, para que podamos circular libremente por nuestros países”, prosiguió.
“Lo que pide el Grupo de Lima, que no tiene ninguna entidad sino que fue un grupo que se formó ad hoc, es desubicado, es una cosa que no corresponde, sobre todo porque ninguno de los presidentes que componen el Grupo de Lima se pronunció individualmente cuando se destituyó a Dilma Rousseff o cuando se le impidió a Lula da Silva disputar las elecciones”, afirmó el diputado del Parlasur, Oscar Laborde, perteneciente a la Bancada Progresista, en diálogo con PáginaI12. “El proceso fue democrático, la oposición pudo participar, entre ellos uno de los principales líderes de la oposición Henry Falcón, que fue gobernador del estado de Lara . Y Maduro tiene que asumir”, continuó el legislador.
La Bancada Progresista del Parlasur (conformada por el Frente para la Victoria de Argentina, el Partido de los Trabajadores y el Partido Comunista de Brasil, el Frente Guasú de Paraguay, el Frente Amplio de Uruguay y el Gran Polo Patriótico de Venezuela) publicó ayer una declaración en defensa del gobierno venezolano. “Denunciamos que la estrategia de aislar a Venezuela procura instalar la antesala de nuevas sanciones y una eventual intervención externa de carácter imperialista contra Venezuela y contra la soberanía de la región”, se lee en el comunicado.
Del otro lado del arco político dentro del Parlasur, se propuso un proyecto para no reconocer al nuevo gobierno de Maduro, siguiendo los pasos del Grupo de Lima. “Se trata más de una jugada política que de una posibilidad concreta, porque el proyecto no se va a probar. Este debate ya se dio cuando fueron las elecciones y no salió ninguna resolución que condenara”, afirmó Laborde. Un gesto notorio por parte del organismo, es que el presidente del Parlasur, el uruguayo Daniel Caggiani, asistirá a la ceremonia de asunción de Maduro.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, explicó que el gobierno uruguayo no tiene competencia ni autoridad para calificar a un gobierno como legítimo o ilegítimo, informó el diario uruguayo La Diaria. “Noso- tros reconocemos estados, y Venezuela es un Estado con el cual mantenemos relaciones. Nos parece que una política de confrontación y de aislamiento no es la más beneficiosa ni la más buena para encontrar una solución a los problemas de Venezuela, que por cierto sabemos que tiene, pero tratamos de ayudar, no de confrontar”, afirmó Nin Novoa.
Asistirán también a la toma de posesión los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez; el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay; el ministro de Agricultura de China, Han Changfu; los encargados de negocios en las embajadas de Uruguay, José Luis Remedi, y de México, Juan Manuel Nungaray, y el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Mohammed Sanussi Barkindo.
Informe: Bianca Di Santi