La secretaria general de Ctera, Sonia Alesso, reiteró ayer las críticas al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por el cierre de las escuelas nocturnas y criticó al macrismo por usar la Ciudad como “cabeza de playa” para “mercantilizar”, al tiempo que adelantó “un 2019 muy conflictivo”.
–¿Cómo evalúa la situación del cierre de escuelas?
–Es que se tome una medida que deja a miles de personas sin la posibilidad de poder estudiar. No solamente cierran las escuelas, sino que además ya no permiten la inscripción. Hablamos de escuelas como las nocturnas, que surgieron para los sectores populares, los que trabajan de día y no pueden concurrir a los cursos. Para peor, con esto, el gobierno de Rodríguez Larreta cercena el derecho a la educación. Queremos que se mantengan los cursos, es una pelea en la que estamos con la UTE.
–¿Cómo interpretan los motivos que dio el Gobierno porteño para justificar esto?
–Dan excusas muy pobres, desde el momento en que no tienen en cuenta que la educación es algo obligatorio por parte del Estado. Ellos sostienen que son pocos alumnos y que se pueden hacer cursos no presenciales. Hay miles de alumnos que no están escolarizados y es falso que la educación a distancia pueda reemplazar la presencialidad. En el aula no solamente se transmiten conocimientos, sino también valores y ciudadanía. Encima hablan de discutir una reforma educativa cuando gobiernan hace doce años y nunca convocaron a debatir el tema.
–Hace pocas semanas, antes de la polémica por las nocturnas, se aprobó la creación de la UniCABA, ¿lo inscriben dentro del mismo esquema?
–La UniCABA no fortalece la educación superior como ellos dicen, sino todo lo contrario. Avanzaron contra los 29 profesorados y eso ha sido un gran banco de pruebas para proyectos similares a nivel nacional. Mendoza y Jujuy son distritos que van en la misma línea, igual que la provincia de Buenos Aires, si bien no son casos exactamente iguales. Pero es un hecho que la Ciudad ha funcionado como una cabecera de playa del macrismo para replicar su modelo de mercantilizar la educación en el resto del país. Desde 2007, todos los años la Ciudad redujo un punto su presupuesto educativo, o sea que ya perdió once puntos desde entonces. Y ahora tienen en carpeta crear la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación de Institutos de Formación Docente, que rechazamos de plano, y que busca achicar el sistema y avanzar con el cierre de los institutos. Es pasar del “Estado Educador” al “Estado Acreditador”; de ser un garante de un derecho como es la educación, se pasa a regular lo que ellos consideran un servicio.
–En este contexto, ¿cómo avizoran el comienzo del año lectivo?
–Vamos a tener un 2019 muy conflictivo. Las clases están estipuladas para comenzar el 6 de marzo. Nosotros tendremos el congreso nacional de Ctera unos días antes y veremos los pasos a seguir. Se escucharán todas las posturas y nos pronunciaremos.
–El Presupuesto 2019 para Educación prevé fuertes recortes, ¿cuál es la mirada sobre lo que implica eso en la labor de los docentes?
–La rebaja presupuestaria es sustancial. En 2006 habíamos logrado la ley de financiamiento educativo, que nos garantizaba el 6 por ciento del PBI. Fue una lucha de mucho tiempo para lograr eso. Para este año nos quitan el 1,2 por ciento. En términos globales es la mayor merma en una década. No se giran fondos a las provincias y no hay aumentos de salarios con un nivel altísimo de inflación. Además vemos una quita del 77 por ciento en Infraestructura respecto del año pasado. En 2018 tuvimos la tragedia de la escuela de Moreno, que fue por falta de inversión en infraestructura. No hay justificación para eso.
–Hay un rubro en el que sí remarcan un aumento: Evaluación Educativa, que recibe más fondos que Formación Docente, ¿qué explica eso?
–La idea de que la educación es una mercancía. La Evaluación subió un 140 por ciento en estos años, contra una caída del 65 por ciento en Formación Docente. Nosotros no nos oponemos a la evaluación, las escuelas lo hacen, igual que cada ministerio en las provincias y la Nación. Es parte de la tarea pedagógica. Ni siquiera tiene nivel de efectividad, y encima se contrapone al hecho de que cierran escuelas. Son pruebas estandarizadas a través de empresas multinacionales y organismos ajenos a la educación, que ganan millones, como las pruebas PISA que impulsa la Organización Mundial del Comercio. Es una idea mundial de tener escuelas de bajo costo, no se hace sólo acá. Desde el Gobierno no tienen cómo explicar esto. Han dicho poco y nada y no tienen desarrollo teórico.
–¿Cuál es el balance de la etapa macrista, en materia educativa, al ingresar en su último año de gobierno?
–De 2015 a esta parte el presupuesto bajó 42 por ciento en términos reales. Han dejado de invertir de manera sistemática y no hay justificativo para eso, salvo en la Evaluación, que resultó un gran negocio para varias empresas con sus pruebas descontextualizadas. La única justificación es que la educación dejó de ser un tema prioritario e importa más el pago de la deuda.