“Contiene los mismos ingredientes lujosos –miel y leche de cabra– que las fragancias estándar, pero está especialmente formulado para repeler incluso a los más agresivos vampiros. Su potente mezcla de aceite de ajo y agua bendita le permitirá evitar el peligro del ataque de estos seres de la noche”. Con tales palabras, presenta la empresita PoJo –especializada en productos artesanales de baño y de belleza, ubicada en Vermont, Estados Unidos– su curioso, curiosísimo jabón: el Garlic & Holy Water Vampire Repelling Soap que, como su nombre indica, rebate cualquier avance vampírico en cuellitos distraídos, u otras poco atentas partes del cuerpo. Menos convencional que otras variedades naturales que ofrece la firma, pero ciertamente más útil. Al menos, para quienes creen en la existencia de Dráculas o Carmillas, e intentan no pasar a mejor –u otra forma de– vida. 

   “Este producto no previene ni reduce el riesgo de ataques espirituales o psíquicos”, advierte la empresa al pie de página (virtual) sobre un jabón que haría las delicias de Buffy o cualquier amiga cazavampiros. Así, por módico precio –visto y considerando el invaluable servicio que ofrece la peculiar e hidratante mezcla creada por los dueños de la mentada Pojo– es posible esquivar esta muerte horrible (o peor aún, ¡la vida eterna!): apenas 10 dólares la unidad, con promoción especial para quienes adquieran dos (por 16 billetes) o tres (disponibles por 21 verdes). Para desconfiados, empero, evacúan dudas los precavidos innovadores… ¿Es este producto real? “Sí, ¡por supuesto!” ¿Realmente previene ataques físicos de vampiros? “Nadie que ha usado el jabón ha sido nunca atacado” ¿Huele a ajo? “Sí, contiene aceite de ajo, sin fragancias adicionales, así que tiene su aroma distintivo”. Evidentemente, muy, muy seguro.