El jueves pasado Mauricio Macri hizo una pausa luego de 13 días de vacaciones para anunciar en Bariloche la “inauguración de un nuevo tramo del gasoducto Cordillerano–Patagónico” –según la información oficial– y lanzar sus típicas frases de campaña. Un legislador de Río Negro, luego de recorrer distintos tramos del gasoducto, puso en duda que la obra esté terminada y presentó pedidos de informes al Energás, a la concesionaria Camuzzi Gas del Sur y a la empresa Contreras, que ejecuta la obra, para conocer su grado de avance real y confirmar si el anuncio del que también participó el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck no fue “un acting para la prensa”. “Cuando asumió Macri el 92 por ciento de las obras estaban ejecutadas y en tres años no pudieron completar lo que faltaba”, destacó Alejandro Ramos Mejía, del Frente para la Victoria, quien consideró “lamentable que jueguen con la ilusión de los vecinos” en una ciudad donde los sectores más pobres están condenados a calefaccionarse con leña o a pagar fortunas por una garrafa. Un concejal del Pro de Bariloche que intentó relativizar la denuncia sugirió que los tendidos inconclusos “corresponden a una segunda etapa de ampliación de las obras ya inauguradas”.
“Había una obra prometida, como dijo el gobernador, que es el gasoducto Cordillerano-Patagónico, que se había prometido en el año 2013 su ampliación y en 2015 la ampliación de la ampliación, y cuando llegamos al gobierno no había un solo metro de caño construido”, afirmó Macri en aquel alto de sus vacaciones. “Esto pasó de ser una muestra más de la resignación y el abandono a un símbolo de la esperanza de una Argentina que empieza a levantarse”, recitó en plan de reelección junto a Weretilneck y al intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, antes de encender una llama simbólica. Según la información de Presidencia, el nuevo tramo del gasoducto “permitirá –en un futuro impreciso– que miles de hogares se sumen al servicio de red”.
“Inauguraron un empalme. Dicen que inauguraron un tramo pero la información oficial es confusa y la obra no está terminada”, explica Ramos Mejía, quien asegura que “cuando asumió Macri el 92 por ciento de las obras estaban ejecutadas y en tres años no pudieron completar lo que faltaba”. Apenas se anunció la presencia del presidente, el legislador comenzó a recibir alertas de que no había nada nuevo para inaugurar por una serie de inconvenientes técnicos frenaban el avance de los trabajos de la firma Contreras.
“La previsión es que con el gasoducto se podrían hacer unas 25 mil conexiones adicionales, de las cuales 12 mil serían para Bariloche, otras beneficiarían a El Bolsón, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y otras localidades con carencia de gas”, explicó Ramos Mejía a PáginaI12. “Pero para culminarlo hay que unir el tramo que muere en el río Ñirihuau con el que viene por la ruta nacional 23 y eso no está terminado. Fui hasta el río, le pedí entrar al dueño del campo y vi que el caño muere en el río”, relató. “La planta presurizadora, que inyecta aire y sostiene la presión, ni siquiera la han empezado”, agregó. Para tomar dimensión de la importancia del acceso al gas en las ciudades patagónicas, Ramos Mejía explicó que aún con los tarifazos una casa paga en promedio 1500 pesos de gas, cifra que se multiplica por diez o más en caso de tener que comprar gas envasado. “Por eso mucha gente en los barrios más vulnerables usa leña verde. Todo en Bariloche esperamos que se termine el gasoducto”, afirma.
Cuando el legislador dejó trascender que elaboraba un pedido de informe, el concejal Daniel González, del Pro, lo acusó de mentir y aseguró que “hay 10 mil hogares en condiciones de conectarse, ya se conectaron casi 1900 y se llamó a licitación para otros 4800”. Agregó que los tendidos inconclusos a los que se refirió el legislador corresponden a “una segunda etapa en ejecución que va a permitir otras 12 mil conexiones, que van a ser posibles con los loops y una planta de presurización que se va a instalar a mediados de año”.
El pedido de informes al Energás, a Camuzzi Gas del Sur y a la constructora Contreras indaga sobre el avance y ejecución de obras del gasoducto. Ramos Mejía pide precisiones sobre “los motivos por los que aún no se ha soterrado el gasoducto en la zona del Río Nirihuau (concretamente en la zona del denominado puente negro), informando si existen impedimentos de tipo técnicos o jurídicos para llevar adelante el empalme”. También “si resta aún llevar adelante uniones o soldaduras del caño respectivo, en su caso indicando con precisión el lugar o locación en donde las mismas deben hacerse”, y “el grado de avance de la planta compresora”. Por último solicita información sobre el número de conexiones domiciliarias en 2018 y 2019 en Bariloche y Dina Huapi, y si realmente se incrementó el caudal de gas en esas localidades. “Es lamentable que jueguen con la ilusión de los vecinos pero es algo a lo que estamos acostumbrados, es una irresponsabilidad”, destacó. “De confirmarse esto, no hace más que evidenciar la desesperación que tienen, porque los tres (léase presidente, gobernador e intendente) saben que la gente los van a castigar en las urnas por los pésimos gobiernos que llevan adelante”, concluyó.