Centenares de trabajadoras de la cooperativa gráfica Madygraf (ex Donnelley) y estudiantes de escuelas secundarias y universidades del conurbano, realizaron ayer una concentración frente al complejo Nordelta. “El sentido de esta manifestación es expresar nuestro apoyo concreto, de mujeres en la calle, a las compañeras trabajadoras de Nordelta que se han manifestado en contra de la discriminación que sufren de parte de sus patrones”, le dijo a PáginaI12 María de los Angeles Prett, de la Comisión de Mujeres de Madygraf. Agregó que se reunieron frente al acceso principal al barrio privado, en Avenida Nordelta y ruta 197, porque “queremos solidarizarnos con una lucha que se está dando casa por casa, en desventaja, una por una, para denunciar condiciones laborales duras, injustas e intolerables”. Por su parte, Belén Torres, presidenta del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento, afirmó: “Estamos aquí junto con estudiantes de la UNLA (Universidad Nacional de Lanús), de terciarios y secundarios, para expresar las luchas de una juventud que desde hace años se viene, nos venimos manifestando, por los derechos de las mujeres, por el Ni Una Menos, y teníamos que estar junto a nuestras compañeras discriminadas”.
Torres señaló que las luchas del colectivo de mujeres dieron “un aporte importantísimo en la escena política, por todas nuestras demandas, por todas nuestras luchas, pero sabemos que para conseguir que se cristalicen esos reclamos, no lo podemos hacer solas, necesitamos una alianza con todos los sectores que están peleando, como las trabajadoras del Nordelta, que son nuestras hermanas de clase, nuestras madres, muchas de nosotras tenemos madres, hermanas, primas que son empleadas domésticas y sabemos, por ellas, cómo se sufre en carne propia por realizar este trabajo”. Recalcó que por esas razonas “las estudiantes estamos acá para hermanarnos en esta pelea, para decirles ‘no están solas’ y para expresarles que la pelea conjunta es la que vale para derrumbar todos los problemas que estamos teniendo, incluyendo por supuesto el del ajuste que está aplicando el gobierno”.
María de los Angeles Prett recalcó que “todas nosotras, trabajadoras, estudiantes, nos hemos conmovido frente al puño levantado por las compañeras de Nordelta, que viven situaciones laborales duras, injustas e intolerables y por eso hemos tomado esta lucha como propia”. Destacó que la presencia de todas en Nordelta, se debe “a la necesidad de dar apoyos concretos, reales, que es lo que ellas necesitan y también para expresar nuestra bronca porque vemos que se realizan otras movilizaciones de algunos gremios que no tienen la fuerza que se necesita y que ellos podrían tener a la hora de frenar de una vez el ajuste del gobierno de (Mauricio) Macri”.
“Me parece que algunos dirigentes tienen que aprender de nosotras, las mujeres, que estamos poniendo el cuerpo en cada uno de nuestros reclamos porque lo que se necesita es unir a los distintos sectores en una lucha de verdad para que se termine la explotación de trabajadoras y trabajadores, para organizar una resistencia que valga realmente la pena y para alcanzar una vida que también valga realmente la pena”. Belén Torres aportó que “hay que respaldar a estas luchadoras de Nordelta que, como decía María, están luchando solas contra la humillación que sufren”.
María de los Angeles también se refirió a la situación que viven en Madygraf, la cooperativa de trabajadores creada luego del cierre decidido por los propietarios de la empresa Donnelley. “Como cooperativa de trabajadorxs estamos cruzados por una crisis general que, en nuestro caso, es doble, porque desde hace cuatro años venimos peleando muy duro para garantizar la fuente de trabajo de más de 140 familias”. A pesar de la crisis económica y los tarifazos que los obligan a pagar cifras millonarias por los servicios de electricidad y gas, entre otros, en los últimos meses “hemos podido realizar nuevos emprendimientos muy importantes. En la sede de la cooperativa, en el kilómetro 36,700 de la ruta Panamericana, frente a la Ford, “hemos puesto en marcha un club obrero en nuestra fábrica que tiene las puertas abiertas para todos los sectores, algo que no hacen los sindicatos tradicionales; nosotros vamos a darle la opción de tener una pileta y un lugar de esparcimiento a todos los trabajadores contratados que no tienen lugar en los sindicatos burocráticos”. Rodrigo Lezcano, responsable de prensa de Mardygraf, dijo que seguirán apoyando en su lucha “a las empleadas domésticas que han denunciado los contrastes que hay entre las realidades de ellas y de sus patrones y patronas”.