El tarifazo está en marcha. El pasaje mínimo en colectivo en el área metropolitana de Buenos Aires pasó hoy de 13 a 15 pesos. El ajuste es el primero de los tres tramos anunciados por el gobierno de Mauricio Macri para el transporte público. Los aumentos volverán a repetirse en febrero y marzo cuando suban 1,50 cada mes para llegar hasta los 18 pesos. Los trenes también comenzaron a aplicar el nuevo cuadro tarifario, aunque la magnitud de la suba depende de cada servicio. El mínimo en las líneas Sarmiento, Mitre y San Martín pasó de 8,75 a 10 pesos mientras que para los ramales Roca y Belgrano Sur aumentó de 5,50 a 6,25 pesos. Los recorridos más cortos en el Belgrano Norte subieron de 4,75 a 5,75 mientras que el Urquiza trepó de 5,75 a 6,50 pesos. El gobierno anuncio ayer que el saldo negativo máximo de la tarjeta SUBE aumenta hasta los 54 pesos. Hoy también aumentan los peajes en las rutas porteñas. La suba promedio para los vehículos es del 35 por ciento mientras que las motos pasarán a pagar hasta un 60 por ciento adicional.
Hoy comenzó a regir el cuarto incremento en las tarifas del transporte desde el recambio presidencial de diciembre de 2015. El primero sucedió en abril de 2016 y los otros dos tuvieron lugar en febrero y agosto de 2018. Los sucesivos aumentos llevaron el boleto mínimo de colectivo de 3 a 15 pesos, una escalada de 333 por ciento en 36 meses de gobierno que se estirará hasta el 500 por ciento al finalizar el primer trimestre de 2019. Los reiterados aumentos no redundaron en una mejora del servicio de colectivos urbanos que sigue siendo el blanco de quejas por el estado de los vehículos, las frecuencias y la conducta de algunos choferes.
Al anunciar los aumentos dos semanas atrás, el ministro Guillermo Dietrich sostuvo que el ajuste era “necesario para mantener la calidad del servicio y la infraestructura en función del incremento de costos”. A lo largo de los últimos doce meses, el pasaje para los tramos más cortos pasó de 6 a 15 pesos que representa un aumento de 150 por ciento. A contramano de las afirmaciones del funcionario, la escalada en las tarifas se ubica unos 100 puntos porcentuales por encima de la inflación y alrededor de 50 puntos por encima de la escalada en la cotización del dólar. Pero Dietrich no descartó nuevos aumentos en 2019.
Los boletos que ayer costaban 13, 14,25 y 15 pesos aumentaron hasta 15, 16,25 y 17 pesos. Los viajes largos que se extienden más de 12 kilómetros incluyendo el cruce entre Capital Federal y provincia de Buenos Aires pasaron de 15,75 y 16,50 pesos hasta 17,75 y 18,50 pesos. Junto con los aumentos en las tarifas también se actualizó el crédito automático que se produce al agotarse el saldo en las tarjetas SUBE. A partir de hoy los usuarios pueden alcanzar un saldo negativo de hasta 54 pesos.
Como sucede desde el año pasado, se continuará accediendo a las tarifas reducidas al combinar uno o más modos de transporte público dentro de un período de 2 horas. El segundo boleto se abona automáticamente con un “descuento” del 50 por ciento y, a partir del tercer viaje, la rebaja es del 75 por ciento. Así, un trabajador que combinaba tren y colectivo para llegar de San Antonio de Padua al microcentro porteño pasó de 19,50 a 22,50 pesos cada tramo.
El ajuste en las tarifas forma parte de las obligaciones asumidas por las autoridades argentinas como parte del programa de austeridad firmado con el FMI. La reducción en los subsidios es uno de los resultados que debe mostrar el Palacio de Hacienda si pretende garantizarse los desembolsos del organismo multilateral. A los aumentos en la tarifa de colectivos, trenes y peajes se sumarán a lo largo de los próximos meses los ajustes en agua, gas, electricidad y medicina prepaga que fueron autorizados por el gobierno. Los nuevos cuadros tarifarios aportarán por sí solos 5 puntos de inflación durante el primer semestre. A ese impacto, debe sumarse el efecto que tendrán sobre la estructura de costos de las empresas. Consultoras, universidades y centros de investigación anticipan un alza de precios de hasta 34 por ciento en el año, mientras que la previsión del gobierno apenas llega a 23 por ciento.