La campaña del presidente Donald Trump contra los extranjeros halló un eco desfavorable en buena parte del mundo. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Mundial de la Migración (OIM) pidieron que Estados Unidos mantenga “su larga tradición” de proteger a los que huyen de otros países. El texto evitó criticar abiertamente las restricciones que impulsa la nueva administración republicana.
"Esperamos que Estados Unidos continúe con su claro liderazgo y su larga tradición de proteger a aquellos que están huyendo de conflictos y persecuciones”, señalaron las entidades en la petición conjunta. "Las necesidades de los refugiados y los migrantes en el mundo nunca han sido mayores, y el programa de reasentamiento de Estados Unidos es uno de los más importantes del mundo", agrega el texto.
Desde octubre pasado ingresaron 25 mil refugiados a territorio norteamericano. En 2015, entraron 85 mil.
Estados Unidos es el mayor financista de la ACNUR, con 1500 millones de dólares el último año, muy por encima de los 341 millones aportados por la Unión Europea y los 284 millones de Alemania.
"Creemos firmemente que los refugiados deberían recibir el mismo tratamiento sin tener en cuenta su religión, nacionalidad o raza", cierra el documento, hecho público en momentos en que Trump pretende recortar los fondos que Estados Unidos aporta a las Naciones Unidas.
A este documento se suma el manifiesto firmado por académicos norteamericanos que critican el veto de Trump al ingreso de extranjeros de origen árabe por un mes y suspende por 120 días el programa de admisión de refugiados. Doce premios Nobel adhirieron, junto a centenares de académicos, incluyendo ganadores de la Medalla Fields y miembros de la Academia Nacional de Ciencias.
"La orden ejecutiva que firmó el presidente es discriminatoria y va en detrimento de los intereses nacionales de los Estados Unidos", aseguran en el documento.