La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, confirmó ayer que derogará la ordenanza por la cual las monedas que se arrojan a la popular Fontana di Trevi serían destinadas a proyectos de conservación de monumentos de la capital italiana en lugar de entregárselas a la obra católica Cáritas, como hasta ahora. Raggi, del Movimiento 5 Estrellas, anticipó que, ante las críticas recibidas por la iniciativa oficial, dará “marcha atrás” y no implementará el cambio previsto por la ordenanza de octubre de 2017. En las últimas horas, varias asociaciones católicas habían acusado al Ayuntamiento de “quitar este dinero a los pobres”. La ordenanza de 2017 contemplaba que los alrededor de 1,5 millón de euros que se recogen anualmente en la fuente serían gestionados directamente por el Ayuntamiento, iniciativa que ya había provocado un primer aplazamiento de su aplicación hasta 2019. El pasado 28 de diciembre, el Ayuntamiento había postergado su cumplimiento hasta el 1 de abril de este año. Según la ordenanza que será derogada, las monedas serían administradas por la empresa municipal ACEA, que se ocupa del servicio hídrico de la capital y del mantenimiento de las fuentes y monumentos de Roma, que era, precisamente, la encargada de recoger y limpiar la Fontana de Trevi.