Mientras crece la incertidumbre entre la población afectada, a más de 1400 kilómetros de Epuyén, donde está el foco del brote de hantavirus que produjo diez muertes, 28 casos confirmados de contagio y más de 80 personas en aislamiento, el secretario de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, aseguró que el gobierno nacional está “trabajando codo a codo con las autoridades sanitarias de Chubut para controlar” la situación. En Chubut, vecinos y allegados a las personas afectadas que dialogaron telefónicamente con PáginaI12 o que se han expresado a través de las redes sociales, han señalado en forma rotunda el sentimiento de indefensión que los agobia, ante la falta de respuesta de las autoridades. “Hoy, más de cuarenta días después de la primera muerte por hantavirus en Epuyén, de lo único que estamos seguros es que estamos confundidos. Y solos. Y con una fundada sospecha de que nos mintieron, por acción u omisión”, expreso la escritora y artesana Claudia Sastre, en un artículo publicado en la página del sitio on line El Extremo Sur.
Desde la lejanía de la Ciudad de Buenos Aires, en declaraciones a Radio Mitre, mientras en la Secretaría de Salud no terminaban de confirmar si su titular viajaba en estos días a Epuyén, Rubinstein aseguró que todos los casos confirmados hasta hoy “iniciaron su cadena epidemiológica” en esa población chubutense. El funcionario nacional precisó que “las medidas son de aislamiento, bioseguridad y contención biológica en el pueblo. Esto es el aislamiento de todas las personas que hayan tenido contacto con algunos de los casos. Ha sido una pesquisa epidemiológica muy rigurosa para tratar de limitar el brote, que es lo que creo que estamos logrando ahora”. El brote fue detectado a principios de diciembre y recién el domingo llegó a Epuyén el gobernador de la provincia, Mariano Arcioni, quien al llegar sostuvo que “viviría, comería y hasta viviría” en esa localidad cordillerana, frase a la que apeló luego de afirmar que quería “llevar tranquilidad” porque “no es bueno generar una psicosis”.
Claudia Sastre, en su reflexión, señaló que “lo que mata es la ignorancia, y la ignorancia no siempre es la ausencia de información. Puede a veces tener el rostro de la información deliberadamente tergiversada y repetida, a veces sin mala fe, por cómplices involuntarios. La ignorancia puede ser la no aceptación de que se pudo estar equivocado”. Un repaso de las expresiones recogidas por este diario en diálogo con pobladores de la región afectada y periodistas locales que siguen el tema, arroja una serie de temores que tienen una mezcla de incertidumbre, dudas y algunas pocas certezas que no hacen más que provocar sentimientos que, según el gobernador de Chubut, no hay que provocar en circunstancias como esta. Los pobladores afectados no quieren figurar con sus nombres porque son “mal interpretados” incluso por sus vecinos:
- Si bien los primeros contagios se produjeron en Epuyén, en una fiesta, otras personas contrajeron la enfermedad cuando visitaron a sus parientes enfermos en salas de terapia intensiva, sin la debida precaución por parte de las autoridades sanitarias.
- En su momento no había en los hospitales, por falta de insumos, los barbijos que hubieran evitado esos contagios. Y también se teme, ahora, que los barbijos que se suministran no sean los adecuados.
- No hubo, ni hay, todavía, según algunos de los afectados,información pública sobre cuál es la forma de evitar el contagio.
- Hay temor incluso que, por la falta de prevención en los primeros días del brote, incluso haya personal médico que pueda haberse contagiado y transmitir la enfermedad.
- Hay quejas entre las familias de los afectados, porque no tienen ningún tipo de contención, no sólo para evitar nuevos contagios. Tampoco estarían recibiendo contención psicológica.
- Uno de los entrevistados señaló que hay personas que creen que pueden estar contagiados, aunque no tengan ninguno de los síntomas. Esto se produce porque “ante la falta de información seria, todos se dejan llevar por el temor que esta situación de incertidumbre está creando”.
- Hay críticas porque las autoridades del área de Turismo siguen promocionando los viajes a las zonas en riesgo “como si no pasara nada”. Una nota publicada en el diario El Patagónico, luego de una recorrida por los sitios turísticos de la región más visitados, como Lago Puelo o El Bolsón, por ejemplo, tratan de convencer a todos de que no hay ningún motivo para preocuparse, cuando en Bariloche hay al menos dos personas internadas procedentes de El Bolsón.
- Algunos afectados que quisieron hacer públicas sus denuncias, fueron amenazados por las autoridades, e incluso criticados por algunos vecinos, porque si lo hacían podían tener que enfrentar acciones judiciales.
- Uno de los afectados dijo ante unos medios comunitarios que mientras tanto “nosotros estamos solos, sin acompañamiento, sin ayuda y hasta sin la información necesaria. Si lo hacemos, nos acusan de querer generar psicosis”.
Mientras tanto, en San Carlos de Bariloche tres pacientes, internados en aislamiento en el Hospital Ramón Carrillo de esa ciudad, esperaban el resultado de las muestras enviadas al Instituto Malbrán por sospechas de haber contraído hantavirus. Entre los casos, está el de una mujer de 38 años que fue derivada desde El Bolsón. En el centro asistencial se informó que “se encuentra estable y sin asistencia de oxígeno”. Un estudio previo determinó que se trata de un caso de hantavirus, pero como es norma, falta la confirmación final de las muestras enviadas al Malbrán. En Bariloche también están en tratamiento y en estudio, como casos sospechosos, un joven que también llegó desde El Bolsón. Las primeras informaciones señalaron que ese caso no tendrían vinculación directa con el brote de Epuyén. Además permanece internado en aislamiento desde el lunes un hombre que estuvo en Epuyén la semana pasada y que presentó fiebre y síntomas similares a los de la enfermedad, motivo por el cual “por el contexto”, podría coincidir con el brote de hantavirus. Se dijo en el hospital de Bariloche que el joven y el hombre internados también se encuentran “estables y clínicamente bien”.