Todo fue dolor y congoja, camino al cementerio municipal de Esperanza, cuando inhumaron los restos de Agustina Imvinkelried, ayer al mediodía. Cada nuevo dato que se conoce en relación al brutal femicidio genera escozor. Es que con el correr de las horas se va armando el rompecabezas de lo que fueron las últimas horas con vida de la chica de 17 años, asesinada a la salida del boliche Teos. El principal sospechoso del crimen, Pablo Trionfini, se colgó cuando la policía lo fue a buscar mientras la adolescente era buscada con desesperación. Ahora, se esperan los resultados de la pericia del teléfono celular del acusado, para determinar qué sucedió durante las horas previas y posteriores al femicidio. La fiscal María Laura Urquiza cree que podrían demorar una semana.
Golpeada y con signos de asfixia manual. Esos son los datos certeros que arrojó el informe preliminar de autopsia de Agustina. También hay señales de que intentó defenderse de un intento de abuso. La fiscal dijo a este diario que no iba a dar datos acerca del trascendido de que la chica tenía signos vitales cuando fue semienterrada -como circuló ayer-, sino que aseguró que el tiempo del deceso coincide con el horario aproximado de su desaparición; es decir, poco más de 24 horas.
En tanto, por estas horas, la funcionaria judicial que desde el primer momento habló de un femicidio, espera resultados de medidas ordenadas que arrojarán luz sobre el caso que conmocionó al país y generó movilizaciones espontáneas la misma noche del lunes.
Ayer, tomó testimonios a amigas de la víctima, quienes en un primer momento aseguraron que no tenían conocimiento de ninguna otra persona con quien podría haberse ido. En ese sentido, todavía no hay indicios de un conocimiento previo con el acusado. Uno de los testigos que vio a la chica en la ruta, dijo que le ofreció llevarla, pero tuvo que dar la vuelta y al volver la vio hablando con un hombre grande. Luego no pudo volver a comunicarse con ella.
Las últimas imágenes de Agustina quedaron grabadas en las cámaras de seguridad del exterior del boliche situado a la vera de la Ruta Provincial 6, de Esperanza. Al salir, compró comida en un carrito y se fue caminando hasta que su figura desapareció entre los árboles y la ruta, cuando ya era de día.
Agustina estaba golpeada y con signos de asfixia manual, según el informe preliminar de la autopsia.
Según los datos que maneja la fiscal, quien aseguró no tener "ningún elemento" para pensar que podría haber más involucrados, después de las 6 de la mañana tuvo contacto con Trionfini, pero se intenta establecer en qué circunstancias y si se conocían. Las cámaras de una estación de servicio captaron la presencia del hombre de 39 años en la zona.
Con esos datos, el hombre -que era empleado municipal, tal como confirmó ayer la intendenta Ana María Meiners- se convirtió en la principal pista a seguir. Al llegar a su casa, de barrio Unidos, el personal entró pero el sospechoso se había colgado cuando se sintió acorralado. En la vivienda se encontraron zapatillas embarradas, y en su Renault 21 había guantes de plástico. También le pidió prestada una pala a un vecino y podría haber estado dos veces en el lugar del hallazgo, donde el cuerpo fue encontrado "camuflado" entre la vegetación.
Entre otros datos, también se confirmó que el acusado tenía denuncias de una expareja por violencia machista, por hechos de amenazas y desobediencia a una orden judicial. Sumado a ello, antes de quitarse la vida cambió su estado en la red social Facebook a "comprometido" y puso una foto en la que está con quien era su pareja. El dato público indignó a esperancinos que volcaron su bronca, luego de conocer el final de Agustina. En su perfil también se pueden ver imágenes y textos misóginos.
Por estas horas, el elemento que para la Fiscalía aparece como clave es la información que podría arrojar el teléfono celular del acusado, cuya pericia podría demorar hasta una semana. También se esperan resultados sobre la requisa del auto.
La intendenta de Esperanza hizo declaraciones ayer: "Hemos quedado shockeados", dijo; y aseguró que tuvo contacto con las familias de la víctima y el victimario. "Son dos familias tradicionales de Esperanza, que trabajan por la comunidad, gente de bien. Con la familia de Agustina (cuyo padre es presidente del club Unión y tiene una pyme) estuvimos en la plaza y en el velatorio", aseguró. Al mismo tiempo, confirmó que Trionfini era empleado municipal, y aseguró que "ignoraba totalmente", que tenía denuncias por violencia de una expareja. También era hermano del secretario de Producción local.