Pese a las millonarias ganancias que embolsaron las empresas eléctricas con los tarifazos, los trabajadores de Edesur, Edenor y Edelap continúan negociando una reapertura de la paritaria pactada en el 21 por ciento a principios del año pasado. La Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (Apsee) había resuelto por unanimidad un paro de 24 horas para hoy, además de continuar con otras medidas, como “no realizar la extensión de la jornada laboral”. Los empleados de las distribuidoras denuncian maniobras dilatorias de las empresas para “encubrir un intento de flexibilización y disciplinamiento”. Sin embargo, ayer hubo otra reunión con directivos de las distribuidoras en la Secretaría de Trabajo en la que las empresas presentaron una nueva propuesta y el gremio decidió posponer la medida de fuerza hasta el 6 de febrero en caso de no haber acuerdo.
Productoras, transportistas y distribuidoras de gas, las eléctricas y el sector financiero aparecen entre los principales beneficiados del gobierno de Cambiemos. En los tres años de administración macrista las tarifas aumentaron hasta 3624 por ciento, lo que les permitió a las empresas del sector energético (electricidad y gas) aumentar su rentabilidad interanual hasta un 430 por ciento respecto de diciembre de 2016. En el caso de Edenor, Edesur y Edelap las ganancias subieron 675 por ciento. Sin embargo, esa mejora no fue a inversión y los cortes se incrementaron en dos años en un 90 por ciento, medido a diciembre último (ver aparte). Tampoco derramó en mejores salarios a sus empleados y ni siquiera respetan lo convenido, como la reapertura de paritarias.
“A raíz de la actitud persistente de las empresas que se niegan a efectuar la recomposición salarial pactada en la paritaria 2018, la Asamblea General de Representantes junto con la Comisión Directiva de Apsee definieron realizar un paro de actividades el 16 de enero”, dice el comunicado de la entidad gremial. No obstante, según confirmó a este diario Ricardo Sironi, secretario de prensa de la Apsee, el reclamo se suspende hasta analizar una nueva propuesta de la patronal, aunque la medida de fuerza respondía originalmente no sólo a “garantizar los derechos laborales de los trabajadores, sino también en la defensa del servicio público”.
Los trabajadores del sector habían conseguido el año pasado un aumento del 21 por ciento y reclaman que se gatille la cláusula de revisión. La empresa les ofrece un 10 por ciento adicional, lo que llevaría el ajuste al 33 por ciento para todo el período. Sin embargo, el gremio advierte que el año pasado se perdieron 26 puntos contra la inflación de 2018.
“Sabemos que la energía eléctrica es un servicio fundamental y no queremos afectar al usuario, que es quien también está sufriendo la falta de inversiones de las empresas. Pero llegamos a un punto crítico que, en definitiva, también encubre un intento de flexibilización y disciplinamiento, que no vamos a permitir”, declaró Carlos Minucci, secretario general de Apsee, previo al encuentro con empresarios en la sede de Trabajo.
“En estas empresas hay un intento de mostrar que no existen problemas, que no hay conflictos. Y eso es mentira. Siguen sosteniendo un discurso que habla de enumeración de metas de inversiones que hasta hoy no vemos. Sumado a ello el ataque permanente y artero a la organización sindical, intentando imponer salarios a la baja”, denuncia el comunicado. “A los señores empresarios les pedimos que terminen con estas políticas que destruyen a las empresas, a los usuarios y a su personal”, concluye el documento del gremio.