La líder conservadora Theresa May salió airosa hoy de la moción de censura impulsada por los laboristas tras el rechazo de la víspera a su acuerdo con la Unión Europea por el Brexit. La Cámara de los Comunes respaldó a la primera ministra por 325 contra 306 apoyos. Así, May seguirá en el 10 de Downing Street.
El titular del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, había anunciado ayer que presentaría la moción de censura, tras la desastrosa derrota parlamentaria del acuerdo impulsado May, cuya propuesta fue rechazada por 432 votos contra 202. La iniciativa de Corbyn contó con el apoyo no sólo de los laboristas sino también de los verdes y los nacionalistas de Escocia y Gales. Sin embargo, sin el apoyo de parte de los conservadores, la iniciativa estaba condenada al fracaso. De hecho, los conservadores votaron hoy en bloque a favor de May, cuando ayer 118 parlamentarios de su bancada lo hicieron en contra del acuerdo con la Unión Europea.
La moción de censura tampoco contó con el apoyo del Partido Demócrata Unionista, socio de May en el gobierno, que ayer hab{ian votado en contra del acuerdo. Ahora, queda esperar que la premier presente el Plan B, el próximo lunes. Se trata de una alternativa que ya tenía en carpeta por si naufragaba el acuerdo original con Bruselas.
Hace un mes, May ya había superado los escollos dentro del seno del Partido Conservador y ahora consiguió un voto de confianza que evitó su eyección de Downing Street. En ese momento se comprometió a conducir el Brexit hasta el final a cambio de no presentarse en las próximas elecciones generales. Ahora se apresta a dialogar con todas las fuerzas para consensuar una “solución aceptable”, aunque ese diálogo tiene un límite, el Partido Laborista. "La primera ministra conversará con todos los partidos que quieran hablar de una manera constructiva", adelantó Andrea Leadsom, vocera del Gobierno ante el Parlamento. "Corbyn ha tenido la oportunidad de presentar sus propuestas y, en cambio, ha optado por causar una disrupción en el país buscando unas elecciones generales", advirtió en tono crítico.
"La premier tiene que aceptar que ha perdido una votación por 230 votos y que no puede seguir cavando y cavando", le respondió Yvette Cooper, del laborismo. Mientras tanto, en el principal partido de la oposición, 71 parlamentarios reclamaron a Corbyn que impulse un segundo referéndum, algo a lo que su líder se ha negado hasta ahora.
De cara al lunes, el comité parlamentario del Brexit propuso varias votaciones no vinculantes para tratar de consensuar una propuesta mayoritaria. Entre las alternativas se barajan modelos como el de Noruega (que integra el área económica), votar de vuelta el acuerdo con la UE, e inclusive convocar a otro referéndum para que los británicos elijan cómo salir de la UE o si permanecen en el bloque.
Ayer, se rechazó el primer acuerdo, cuyo punto más álgido es el de la frontera entre Irlanda del Norte (parte del Reino Unido) y la República de Irlanda (parte de la UE). Para evitar que se vuelva a los controles fronterizos para el paso de mercancías y personas (algo que podría reiniciar el conflicto en Irlanda del Norte), el acuerdo proponía que, si no se alcanzaba un tratado de libre comercio una vez terminado el período de transición, se activara una suerte de póliza de seguro llamada “Backstop”: hasta que se alcance una solución al problema fronterizo, el Reino Unido permanecería en la Unión Aduanera e Irlanda del Norte seguiría las reglas del mercado único europeo. Según los críticos, esto eternizaría la permanencia del Reino Unido en la EU y constituiría una grave amenaza a la Unidad del Reino ya que Irlanda del Norte estaría económicamente mucho más cerca de la UE que de Gran Bretaña.