El Papa se reunió ayer con la cúpula del episcopado chileno para abordar los avances en la lucha contra los abusos sexuales, un encuentro “muy cordial” de tres horas en el que los obispos reafirmaron su colaboración con el pontífice.
El secretario general de la Conferencia Episcopal chilena (CECH), Fernando Ramos, explicó ante los medios que la reunión fue muy cordial y de gran colaboración. “El Santo Padre nos hizo una serie de sugerencias, comentarios, y con esto queríamos reafirmar nuestro compromiso de comunión, de participación y de colaboración con la misión del Santo Padre”, indicó en la puerta de la Residencia del Clero, a pocos metros del Vaticano. Ramos también señaló que las renuncias presentadas en bloque por los obispos el pasado mayo y que aún no fueron aceptadas por el Papa perdieron vigor al pasar tres meses, según el Derecho Canónico. En aquella ocasión renunciaron al cargo treinta y cuatro obispos al reconocer “graves errores y omisiones” en la crisis por los abusos sexuales que cometieron durante décadas miembros del clero del país austral, y el Papa en este tiempo aceptó siete. En cuanto al resto de renuncias sobre las que el Papa no se pronunció, Ramos dijo: “Considera que estamos todos en funciones, cumpliendo nuestra tarea, y que si fuese necesario abordar un caso particular lo abordaría directamente con el interesado”.
En el encuentro expusieron al pontífice “muchas cosas sobre la situación en la Iglesia de Chile” y cuáles son sus compromisos, el discernimiento realizado en 2019 por los casos de abusos y su deseo de terminar 2020 con una tercera asamblea eclesial sobre el tema. “La idea es poder alinear a toda la Iglesia Universal para afrontar este verdadero flagelo que son los delitos que tienen que ver con abusos sexuales, cómo poder actuar rápidamente, proteger a los menores de edad.”