El Fondo Monetario Internacional vuelve a la carga con la reforma del sistema previsional. Después de la modificación de la fórmula de movilidad de las jubilaciones, la eliminación de las moratorias para crear una pensión por vejez equivalente al 80 por ciento de la mínima, incrementar la edad de retiro para las mujeres más vulnerables y habilitar la venta de los activos del FGS de la Anses para financiar el déficit, llega el turno del ajuste en el cálculo de la jubilación inicial. Un documento publicado esta semana por el FMI recomienda a la Argentina reducir la tasa de sustitución: la relación entre el haber inicial y el salario promedio previo al retiro. Refugiada detrás de la necesidad de garantizar la sustentabilidad del sistema, la propuesta del staff del Fondo implica reducir el ingreso que reciben los nuevos jubilados. La misma sugerencia corre para Brasil, donde el flamante gobierno ya se comprometió a una reforma que, entre otras transformaciones, incremente la edad jubilatoria y dé lugar a las AFJP. Las autoridades del FMI proponen además que los trabajadores activos “se preparen para el futuro ahorrando más y extendiendo sus vidas laborales”. En línea con esos preceptos el gobierno promociona los seguros de vida y retiro (ver aparte).

“Para lidiar con los costos del envejecimiento, muchos países implementaron significativas reformas de los sistemas de pensiones a lo largo de los últimos años. Las reformas apuntan en gran parte a contener el crecimiento en el número de jubilados, modificando los parámetros clave del sistema; por ejemplo, incrementando la edad de jubilación, endureciendo las reglas para acceder, reduciendo el tamaño de las pensiones a través del ajuste en el cálculo de los beneficios”, explican los técnicos del FMI al relanzar las habituales recomendaciones del organismo en materia previsional. Los autores del documento titulado “El futuro del ahorro: el rol del diseño de los sistemas de pensiones en un mundo que envejece” consideran, sin embargo, que los cambios no fueron suficientes. Por eso, explican, se necesitan “reformas adicionales”. Las sugerencias no son generalidades sino que tienen destinatarios puntuales que se precisan entre paréntesis. A la Argentina y Brasil les corresponde “reducir la tasa de sustitución”.

La sugerencia del Fondo no es novedosa. El ajuste de las jubilaciones iniciales formó parte del listado de propuestas desarrollado en su primer informe del Artículo IV realizado después de una década. Para enfrentar las dificultades financieras exacerbadas por las políticas del gobierno, el documento publicado en noviembre de 2016 proponía: 1) modificar la movilidad jubilatoria, 2) incrementar la edad de jubilación de las mujeres, 3) separar presupuestaria y administrativamente la seguridad social de la asistencia social, 4) incrementar la participación laboral y 5) reducir la tasa de sustitución. Consumados los primeros dos puntos con graves consecuencias para la capacidad de compra de los jubilados y mayores niveles de exclusión entre los adultos mayores, el organismo retoma sus propuestas. Dos años atrás aconsejaba reducir la tasa de sustitución promedio del 72 por ciento al 60 por ciento, una quita de más de 10 puntos. ¿Cómo? Una posibilidad es reducir el coeficiente de la determinación del haber que multiplica cada año de aportes (hoy es 1,5).

“La recomendación de reducir la tasa de reemplazo muestra que el FMI no solo pretende ajustar la cobertura del sistema, sino que también busca que los nuevos jubilados tengan un menor haber”, advertía entonces un informe del ITE de la Fundación Germán Abdala, donde señalaba que “la instrumentación de una iniciativa en este sentido tampoco parece estar exenta de riesgos de mayor litigiosidad”. 

El nuevo documento del FMI es lo que se denomina una Staff Discussion Note. La investigación fue elaborada por los técnicos David Amaglobeli, Hua Chai, Era Dabla-Norris, Kamil Dybczak, Mauricio Soto y Alexander Tieman. Como sucede con la mayoría de las publicaciones del organismo, la portada incluye una “renuncia de responsabilidad” donde indica que las visiones expresadas en el documento no necesariamente representan al FMI. No es el caso. La presentación en sociedad del documento anteayer en Tokio estuvo a cargo de David Lipton, subdirector gerente del FMI y hombre fuerte en la estructura de poder como representante de Estados Unidos. “¿Cuál es nuestra recomendación? Instamos a los países a pensar bien los sistemas de pensiones y las redes de protección social más efectivos, y después poner en marcha las reformas necesarias”, comentó el número dos del organismo que encabeza la francesa Christine Lagarde. 

“Odio sonar como el FMI en este punto, pero hay países cuyos generosos sistemas públicos de pensiones pueden llevar a las finanzas públicas a una difícil situación. Deben considerar pasos como limitar las jubilaciones tempranas que reduciría las vulnerabilidades de largo plazo”, expresó Lipton. Sin hacer referencias específicas, el documento reclama, siempre en pos de la sustentabilidad, “reducir la generosidad de los sistemas públicos”. El mecanismo para lograrlo es que los trabajadores activos “se preparen para el futuro ahorrando más y extendiendo sus vidas laborales”.

@TomasLukin