Al menos ocho personas murieron y más de 50 resultaron heridas ayer luego de que un auto bomba explotara en el estacionamiento de una escuela de policías en el sur de Bogotá. Hasta el momento ninguna organización política se atribuyó el atentado que tuvo como víctimas mortales a agentes y estudiantes de la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander y al conductor del vehículo. Según los primeros datos de la investigación el autor del atentado, identificado como Aldemar Rojas Rodríguez, llevaba en su auto 80 kilos de explosivos. El presidente colombiano Iván Duque, que a la hora de la explosión estaba en el departamento del Chocó, regresó de inmediato a la capital del país y denunció que se trató de un acto terrorista. “Estoy regresando de inmediato a Bogotá con la cúpula militar ante el miserable acto terrorista cometido en la Escuela General Santander contra nuestros policías”, tuitió el mandatario y continuó: Vamos al lugar de los hechos. He dado órdenes a la Fuerza Pública para determinar los autores de este ataque y llevarlos a la justicia. Todos los colombianos rechazamos el terrorismo y estamos unidos para enfrentarlo. Colombia se entristece pero no se doblega ante la violencia”. El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, adelantó que en las próximas horas tendrán mayor información para determinar quienes fueron los autores intelectuales. Según la fiscalía, el atacante de 57 años llegó al establecimiento de la policía a las nueve de la mañana conduciendo una camioneta gris. En los controles de seguridad, un perro antiexplosivos habría detectado el peligro y cuando la guardia policial intentó detener a Rodríguez, él respondió acelerando la camioneta Nissan Patrol modelo 93 y atropelló a uno de los agentes. Después avanzó a toda velocidad durante poco más de 200 metros y explotó cuando pasaba cerca de una de las entradas de la escuela. La fiscalía estableció que el vehículo tuvo su última revisión técnica en Arauca a mediados del año pasado. Ahora investigan si los explosivos fueron activados desde un teléfono celular a distancia, o si el atacante utilizó un temporizador. El atacante residía en Santander, pero había pedido su cédula en Tolima. La policía agregó además que Rodríguez no tenía orden de captura ni antecedentes judiciales.
Las primeras imágenes de las emisoras de televisión locales mostraron el movimiento de ambulancias alrededor del sitio del ataque, una columna de humo y los restos del vehículo en llamas. La funcionaria de salud de las Fuerzas Militares, Fanny Contreras, señaló a la prensa que el autobomba irrumpió abruptamente en la sede policial. “Entró abruptamente, casi atropellando a los policías y enseguida fue la explosión”, explicó la funcionaria Contreras. Estas declaraciones coinciden con las de testigos citados por la prensa local que aseguraron que un hombre llegó hasta el portón central de la escuela de policía y aceleró el vehículo cuando las fuerzas de seguridad intentaron detenerlo. Minutos antes del ataque hubo una ceremonia de ascenso de brigadieres, motivo por el cual varios investigadores sugirieron que el ataque estaba dirigido a los máximos oficiales de la institución.
Las autoridades de salud de Bogotá reportaron que tres heridos fueron trasladados al hospital de El Túnal y dos al Policlínico del Olaya. “Ya se pusieron en marcha los protocolos de investigación para dar con los responsables de este hecho terrorista. Mientras tanto, los heridos están recibiendo atención en el Hospital Policlínica de la Policía Nacional”, agregó el Ministerio de Defensa en el comunicado.
En Twitter, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y otros líderes políticos como el ex candidato presidencial, Humberto de la Calle repudiaron lo ocurrido y se solidarizaron con las víctimas. “Repudio total carrobomba. No hay ninguna justificación. Un llamado a la reflexión. Buscar caminos. No perder lo ganado”, lanzó en Twitter de la Calle. Así también lo hizo el presidente de Ecuador, Lenin Moreno: “Me entero del atentado en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en Bogotá. Estamos en contacto con las autoridades y llamaré al presidente Iván Duque para expresarle al hermano pueblo colombiano toda nuestra solidaridad”, manifestó. “Condeno el atentado explosivo. Debemos unirnos en contra de estas acciones terroristas y enfrentar la violencia donde sea que ocurra. Mi solidaridad con las víctimas, sus familias y con el gobierno y pueblo colombianos”, dijo, por su parte, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos en Twitter.
Ante rumores de un posible segundo atentado, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, desestimó esa versión e hizo un llamado a la tranquilidad. Además dijo que en la capital aumentaron las medidas de control y que las fuerzas de seguridad están desarrollando un operativo para evitar nuevas agresiones. “En este momento tenemos que unirnos contra del terrorismo, más allá de las diferencias, y ser todos solidarios con nuestros policías, con nuestras instituciones y con nuestra democracia”, finalizó el funcionario.
El reciente atentado es uno de los más graves que sacudió a la capital colombiana desde que disminuyó la intensidad del conflicto armado una vez firmado el acuerdo de paz con la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a finales de 2016. Sin embargo Bogotá había registrado pequeños ataques en 2017. En febrero de ese año, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se adjudicó un atentado contra una patrulla policial que terminó con la muerte de un uniformado y varios heridos de gravedad. El ELN es la última guerrilla que está activa en Colombia. Hace dos años iniciaron el proceso de negociación con el gobierno que en ese entonces presidía Juan Manuel Santos. Pero con la llegada de Duque el asunto está estancando al punto tal que a inicios de esta semana el mandatario le pidió al grupo que entregara las armas al margen de la ley para avanzar en la negociación.