El presidente estadounidense, Donald Trump, recibió ayer en la Casa Blanca a la mano derecha y jefe de inteligencia del líder norcoreano Kim Jong Un para preparar una nueva cumbre entre ambos y avanzar en las negociaciones por la desnuclearización de Pyongyang.
Tras la reunión, la Casa Blanca fijo fecha para la próxima cumbre entre el presidente de Estados Unidos y su homólogo de Corea del Norte, Kim Jong Un. La cumbre tendrá lugar “a finales de febrero”, anunció el viernes un vocero presidencial, sin especificar el lugar donde se celebrará el encuentro.
“El presidente está deseoso de reunirse con el presidente Kim en un lugar que se anunciará en una fecha posterior”, dijo la portavoz Sarah Sanders, después de finalizada una reunión de 90 minutos en el Despacho Oval entre Trump y Kim Yong Chol, mano derecha del líder norcoreano.
El general Kim Yong Chol se reunió con Trump para hablar “sobre las relaciones entre ambos países y el avance hacia la desnuclearización total y completamente verificada de Corea del Norte”, según la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Según la CNN, que cita a una fuente familiarizada con el proceso de negociación, Kim Yong entregó a Trump en Washington una carta del líder norcoreano, Kim Jong-un.
El jefe de los servicios de espionaje norcoreanos, que llegó en la noche del jueves a Washington procedente de Beijing, ya había viajado a la capital estadounidense en junio del año pasado. Entonces, el responsable de la inteligencia norcoreana entregó a Trump en la Casa Blanca otra carta del líder de su país, en una visita que sirvió para concretar definitivamente la primera e histórica reunión entre los jefes de Estado de ambos países en Singapur en junio de 2018.
Trump expresó en varias ocasiones que quería volver a reunirse con Kim Jong Un después de la cumbre de Singapur, la primera entre mandatarios de ambos países desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953). El 12 de junio de 2018, en Singapur, la primera cumbre entre un presidente de Estados Unidos y un heredero de la Dinastía Kim de Corea del Norte culminó en el compromiso del líder norcoreano de llevar adelante “una completa desnuclearización de la península coreana”. Pero desde entonces, las negociaciones para concretar esta promesa están atascadas y los avances se cuentan con los dedos de una mano.
Los observadores sintieron desde el principio que el compromiso norcoreano estaba aún muy lejos de la demanda estadounidense de una “desnuclearización definitiva y totalmente verificada de Corea del Norte”. Pyongyang finalmente confirmó este temor al condicionar su propio desarme a la “retirada total de las amenazas nucleares estadounidenses”, lo que implicaría un gran desafío para los acuerdos de defensa entre Estados Unidos y Corea del Sur. Kim espera también un levantamiento de las sanciones internacionales, aunque Estados Unidos insiste en mantener la máxima presión hasta que Pyongyang muestre avances en el abandono de sus armas nucleares.
A falta de progresos, la idea de una segunda cumbre Trump-Kim ha avanzado mucho en los últimos meses. Según Seúl, la reunión podría ser “inminente”.
En Vietnam, una fuente del gobierno afirmó que hay “preparativos logísticos” en marcha para albergar la cumbre, que podría celebrarse en la capital, Hanoi, o en la ciudad costera de Danang, aunque por el momento no se tomó una decisión. El primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc, aseguró que su país estaba preparado para recibir a ambos líderes y apuntó que la relación de Hanoi con Estados Unidos ha ido creciendo pese a su pasado de enfrentamiento en la guerra. “No sabemos la decisión final. De todas formas, si se da aquí haremos lo posible para facilitar el encuentro”, manifestó en una entrevista con Bloomberg TV.
Para Trump, una nueva cumbre con el líder norcoreano podría representar un alivio en medio de los malos titulares que enfrenta en su país. El fiscal especial Robert Mueller está investigando si el equipo de campaña del mandatario estuvo en colusión con Rusia y su insistencia en que el Congreso financie el muro que quiere construir en la frontera con México llevó a un cierre parcial del gobierno que ya lleva casi un mes. Para Kim, lo que está en juego es más existencial, ya que quiere garantizar la supervivencia de su régimen.
Poco antes el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el responsable de la inteligencia norcoreana, Kim Yong-chol, se reunieron ayer pasadas las 11.00 hora local en un hotel de Washington. El objetivo de la cita es tratar de fijar una segunda cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un.
El encuentro entre Pompeo y Kim se produce en The Dupont Circle Hotel, un establecimiento de cuatro estrellas en el corazón de Washington que ayer amaneció rodeado por cámaras de televisión y periodistas de todo el mundo. En esa reunión también participó el enviado especial de Estados Unidos. para Corea del Norte, Steve Biegun. La negociación tuvo lugar a puerta cerrada en una de las salas de reuniones del hotel.
Antes de entrar en esa sala, Kim, Pompeo y Biegun posaron ante las cámaras en silencio. Pompeo se colocó en el medio del trío, que se situó frente a una pared de color carmesí con una estantería de libros con plantas y una foto del reverendo Martin Luther King Jr. Por el momento, el Departamento de Estado de Estados Unidos no informó de si hará público un comunicado tras el encuentro, como es usual en estos casos.
El responsable de la inteligencia norcoreana llegó anoche a Washington procedente de Pekín. Viajó acompañado de la directora del departamento del Frente Unido, Kim Song-hye, que ya estuvo en Washington junto al propio Kim Yong-chol el año pasado, y el director general del departamento para asuntos americanos de la cancillería norcoreana, Choe Kang-il. El Departamento de Estado de Estados Unidos esperó a la mañana de ayer para confirmar esta reunión con el privilegiado interlocutor de Pompeo en las difíciles negociaciones sobre el desarme nuclear de Corea del Norte. La cautela se debió muy probablemente a la cancelación de último minuto, a principios de noviembre, de la llegada de este funcionario norcoreano de alto rango.
Estados Unidos ha requerido de Corea del Norte acciones de más calado para demostrar su compromiso con la desnuclearización, mientras que el régimen norcoreano reclama antes el levantamiento de sanciones y la firma de un tratado de paz entre las dos Coreas.