La Selección Sub-20 de Argentina mereció más, pudo y debió alcanzar la victoria en su presentación en el Sudamericano, y se quedó con un gustito amargo por el 1-1 contra Paraguay, un adversario técnicamente muy inferior. El resultado no parece bueno si se tiene en cuenta que el rival de ayer había sido vapuleado por Ecuador 3-0 en la jornada inaugural en la que Argentina había tenido fecha libre. Los paraguayos que casi no se arrimaron hasta el arco argentino aprovecharon una pelota parada, en una falta inexistente, para convertir su gol y establecer el empate. Un rato antes, a los 29 minutos, Argentina había abierto el marcador con un cabezazo de Maxi Romero (ex Vélez, jugador del PSV de Holanda) con un lindo frentazo después de un centro del lateral Mura, en una buena acción colectiva.
En por lo menos 80 de los 90 minutos de juego la pelota circuló por los pies de los pibes argentinos, que mostraron buen manejo en los defensores Mura, de Estudiantes, y Pérez, ex Argentinos contratado por el Atlético Madrid, el volante Insaurralde, de San Lorenzo, y los delanteros Julián Alvarez, de River, y Almada, de Vélez. La pelota jugada siempre por abajo, llegaba redondita desde el fondo, con toques que respondían al pedido de paciencia del cuerpo técnico para jugar atrás cuando era necesario, mantener la posesión con toques de primera, y buscar sin apuro los huecos en el ataque. Pero los chicos argentinos no pudieron quebrar la doble línea de cinco planteada por los paraguayos, que se limitaron en todo el segundo tiempo a defender. Lo que le faltó al equipo nacional fue un poco de pimienta para buscar desde media distancia, más precisión en el último toque de las muchas paredes intentadas, y más desborde por los laterales. Las entradas en la segunda etapa de Francesco Lo Celso (de Central, zurdo, hermano del Giovanni, jugador del Betis), De la Vega, de Lanús, revelación de la Superliga, y Gaich, de San Lorenzo, tampoco alcanzaron para doblegar al arquerito paraguayo que se convirtió en figura, al desviar magistralmente un remate de Gaich sobre el epílogo del partido.
La obligación de jugar un partido cada 48 horas hace que el entrenador tenga que variar las formaciones. Ayer, por ejemplo, se quedó en el banco Balerdi, uno de los más renombrados del plantel por su reciente pase de Boca al Boursssia Dortmund.
Todo hace suponer que este equipo que, como se sabe, no tuvo demasiado tiempo de trabajo, ira de menor a mayor, mejorará con el correr de los partidos y corregirá sus puntos flojos. El plantel conducido por Fernando Batista proseguirá su maratón de partidos mañana contra Ecuador, el jueves ante Uruguay, y el sábado ante Perú. De los cinco equipos de la zona se clasificarán tres para la fase final, en un hexagonal de todos contra todos. De esos finalistas cuatro obtendrán el pasaporte para el mundial de la categoría, que se disputará este año en Polonia.