Desde Villa Gesell
El jueves pasado Villa Gesell se preparaba para vivir una noche de fiesta con la actuación, en el boliche Pueblo Límite, de Duki, conocido cantante argentino de música trap. Pero todo terminó al revés de lo prometido y de manera aberrante: en primer lugar, varios asistentes denunciaron haber sufrido avalanchas en pleno concierto, en tanto que al final del mismo se supo además que una joven fue violada en uno de los baños de mujeres.
La primera reacción pública del boliche fue subir a su cuenta de Instagram una foto del evento con la leyenda “Explotó Pueblo”, valorando como algo destacable la alta concurrencia del recital e ignorando la denuncia por violación y de las avalanchas. Esta conducta generó numerosos rechazos y cuestionamientos de varios usuarios de la red social, quienes narraban en los comentarios de ese posteo los momentos de angustia y dramatismo vividos la noche del jueves en el complejo bailable.
“Boliche repleto, pibas desmayadas, descompuestas, perdidas, asfixiadas y con ataque de pánico”, describió un usuario. Luego fuentes del hospital local confirmaron esos cuadros, ya que debieron atender a varias de esos personas. Según un comunicado de la CTA regional, hubo “más de cincuenta heridos entre quienes concurrieron” por culpa de “la irresponsabilidad de estos empresarios inescrupulosos” que “puso en riesgo la vida de cientos de jóvenes”. Pueblo Límite está habilitado para albergar a 4400 personas, pero así y todo ya le fueron labradas varias infracciones por este inciso.
Recién dos días después el boliche se expidió oficialmente sobre todo lo sucedido en la noche del jueves. Fue a través de un comunicado donde alude a “los hechos que son de público conocimiento”, aunque sin describirlos. Lo llamativo es que, en simultáneo, fueron borrados de la cuenta de Instagram todos los comentarios acusatorios, al tiempo que se eliminó la posibilidad de agregar nuevos.
En otro aspecto, el comunicado publicado en dicha red social asegura que “nos encontramos trabajando en conjunto con las autoridades judiciales y policiales que participan en el caso para el esclarecimiento total de lo acontecido”. Se refiere a la violación que una mujer de 20 años denunció haber sufrido en uno de los baños.
Según relató la joven en sede judicial, fue emboscada en el baño por un sujeto que la amarró y la golpeó hasta reducirla. De acuerdo a lo que se desprende de la declaración, la violación ocurrió cuando comenzaba un recital cuyo final fue precipitado por la misma gente que maneja Pueblo Límite. Este dato no es menor, ya que se abrieron dos versiones diferentes acerca de la misma decisión: desde el boliche aseguran que la orden de dar por concluido el show provino al tomar conocimiento de las avalanchas entre el público, pero luego Verónica Zamboni –titular de la fiscalía de Villa Gesell que entiende en la causa– expuso ante distintos medios que el evento se suspendió luego de que la víctima de la violación “alertara al personal policial”.
Otro detalle de relevancia es que el abuso se produjo en la zona VIP de Pueblo Límite, lugar de acceso restringido y por lo tanto condicionado por controles de identificación más estrictos. Pese a estas normas de seguridad, ninguno de los 55 empleados de seguridad del boliche pudo dar con el agresor la noche del jueves, ocasión en la que, aseguran, pararon en la salida del local bailable a todos los que tenían el aspecto físico detallado por la víctima.
Desde el boliche salieron a aclarar que al día siguiente llamaron por teléfono a todos los que habían comprado entrada VIP para invitarlos nuevamente, dado que el recital de Duki había terminado antes de lo previsto. Con esa información la policía acudió a los lugares donde estas personas estaban alojadas, aunque nuevamente los resultados de la búsqueda fueron negativos.
Así las cosas, desde Gesell aseguran que se montó un operativo policial con cien efectivos destinados a identificar a todo turista que sale de la ciudad, ya sea en micros de larga distancia desde la terminal de ómnibus como en vehículos particulares. A su vez, en el boliche indican que pusieron a disposición todas las imágenes registradas por las cámaras de seguridad, apoyados por un identikit confeccionado con los rasgos del agresor que la víctima fue capaz de describir luego del ultraje. Todas medidas que, por el momento, no lograron dar con el paradero del violador.