“Es una vergüenza que una organización como el PEN Internacional (Asociación mundial de escritores), que tiene unas credenciales tan limpias en su lucha en defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión, haga suyas las patrañas del centro catalán del PEN”: con esas palabras, el escritor Mario Vargas Llosa envió su “renuncia irrevocable” al PEN Internacional –que presidió entre los años 1977 y 1980– por el apoyo de esta asociación de escritores a “un movimiento racista y supremacista como es el independentista catalán”, según define en la carta que envió a la líder de la entidad internacional, Jennifer Clement.
El lunes, el PEN Internacional –que posee unos 25 mil socios en todo el mundo– y el PEN Català emitieron un manifiesto en el que alertaron sobre los “desproporcionados” cargos de sedición y rebelión contra el presidente de Omnium Cultural, Jordi Cuixart, y el expresidente de la ANC y diputado de JxCat Jordi Sánchez. El autor peruano señaló en su carta que el manifiesto “está lleno de mentiras y calumnias” y va dirigido contra el “régimen democrático de España en relación con el intento de golpe de Estado de los independentistas catalanes” en el año 2017. Además, el escritor acusó al PEN Català de ser “un órgano militante del independentismo de Cataluña, que viene llevando a cabo una campaña internacional de desfiguración de la verdad. A juzgar por el comunicado, ha conseguido sorprender a numerosos centros del Pen, entre ellos algunos latinoamericanos, presentando a España como un país que atropella la libertad de expresión y encarcela a los escritores críticos y disidentes”.