La Unión Industrial Argentina (UIA) inició un relevamiento entre las distintas ramas empresarias asociadas, cuyas conclusiones serán parte de un documento que remitirán luego al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Los popes fabriles están preocupados por las reformas arancelarias en el Mercosur que pretenden impulsar el presidente Mauricio Macri y su par brasileño Jair Bolsonaro. El objetivo es presentar una serie de propuestas para anticiparse a los industriales cariocas.
Durante la reunión de ambos mandatarios, la agenda regional hizo foco en una mayor flexibilización del Mercosur hacia un esquema de área de libre comercio, lo que complicaría aun más la deficitaria relación del lado de los industriales argentinos. Entre 2011 y 2017 las ventas argentinas al exterior cayeron 30 por ciento, mientras que los envíos al Mercosur se desplomaron 40 por ciento, a raíz de la recesión brasileña. El repunte de ese mercado esperanzaba a los industriales argentinos para compensar con exportaciones el congelamiento de ventas en el mercado local. La eliminación o reducción del Arancel Externo Común (AEC) es una mala noticia.
Ante esta situación, el relevamiento recoge aspectos normativos para compensar una eventual degradación del Mercosur a una unión aduanera, para que sus miembros puedan firmar por separado acuerdos comerciales con terceros países o bloques. Según adelantaron desde la entidad, se incluirán en el pedido a Sica demandas fiscales y crediticias de corto y mediano plazo. “Brasil es el principal destino de los productos manufacturados que exporta el país y cualquier cambio en los términos de la relación tiene que medir el impacto en un sector que ya viene golpeado por la crisis económica”, alertó el viernes el vicepresidente de la UIA José Urtubey.