Virgen moderna  

No soy una mujer. Soy un neutro.

Soy un niño, un paje y una decisión valiente,

soy un rayo risueño de un sol escarlata…

Soy una red para todos los peces voraces,

soy un brindis en honor de todas las mujeres,

soy un paso hacia el azar y la ruina,

soy un salto hacia la libertad y el yo…

Soy el susurro de la sangre al oído del hombre,

soy la fiebre del alma, el deseo y la negación de la carne,

soy una señal de entrada a nuevos paraísos.

Soy una llama, buscadora e insolente,

soy agua profunda pero atrevida hasta las rodillas,

soy fuego y agua en comunión libre y leal

 

Encontraste un alma

Buscabas una flor

y encontraste un fruto.

Buscabas una fuente

y encontraste un mar.

Buscabas una mujer

y encontraste un alma.

Estás decepcionado.

 

Atardeceres violetas

Llevo en mí atardeceres violetas desde mis orígenes,

doncellas desnudas jugando con centauros galopantes...

Días de sol amarillos de finas miradas,

sólo los rayos del sol condecoran dignamente el dulce cuerpo de una mujer...

 

El hombre no ha venido, jamás ha sido, jamás será...

El hombre es un espejo embustero que la hija del sol lanza iracunda contra el barranco.

El hombre es una mentura que los blancos niños no entienden,

el hombre es una fruta podrida que los labios orgullosos repudian.

 

Bellas hermanas, vengan hasta las rocas más abruptas,

somos todas guerreras, heroínas, amazonas,

ojos inocentes, frentes celestiales, larvas de rosas,

fuertes marejadas y pájaros revoloteantes,

somos el rojo más inesperado y más profundo,

rayas de tigre, tensas sogas, estrellas sin vértigo.