En una muestra al cuidado de la crítica e investigadora Laura Isola, cuatro destacadas artistas de la escena local exponen sus trabajos en un cruce donde las miradas se interceptan. Maneras de ver, formas de mirar convoca en la galería Quadro trabajos de Flavia Da Rin, Lucía Delfino, Marisa Domínguez y Verónica Gómez. En esa esquina del Distrito de las Artes, las miradas que emanan de pinturas, esculturas, grabados y fotografías se entrecruzan con las de los visitantes, y recrean sentidos callados en el acto de ver. Alucinadas, estrambóticas, sutiles, espectrales, experimentales o cómicas, las perspectivas del cuarteto de artistas dejan su impronta mucho después del recorrido por las obras.
Cada una de las invitadas por la curadora cultiva un estilo singular. El conjunto de pinturas y dibujos de Verónica Gómez, que reúne a un elenco de damas peculiares y vistas de paisajes desolados, sorprende por la amalgama entre misterio y humor, y cierta lobreguez teñida de delirios ópticos, como sucede con los fondos de los retratos que, en no pocas ocasiones, esconden autorretratos de la artista travestida de doncella decimonónica. De Flavia Da Rin se exponen tres de sus fotografías digitales en gran formato, donde los ojos hipertrofiados de la protagonista de la serie (que no es otra que la misma artista) sobresalen del entorno irreal de las imágenes. Da Rin compensa con creces los huecos que Gómez había pintado en los rostros de sus criaturas.
En las obras de Marisa Domínguez y Lucía Delfino, la mirada se esconde en los procedimientos artísticos. Mediante un grupo de cerámicas, Domínguez crea una suerte de instalación en un área separada de la galería; una cortina de ojos o de gotas de cristal divide la percepción entre un paisaje de formas orgánicas y el amplio ventanal de la galería. La obra guía la mirada como esta si fuera una intrusa. Delfino es quizás la revelación de la muestra. Además de ser la única artista del equipo de Quadro, la joven pintora de La Plata sorprende con un conjunto de serigrafías sobre placas de hielo. El agua congelada dejó impresos en el papel signos similares a los de un alfabeto rústico e indescifrable. Los que visiten la muestra en La Boca pueden solicitar, además, ver algunas de las pinturas de Delfino, donde la humedad y el peso del tiempo adquieren relieves figurativos.
“Si ver es la parte física del asunto y mirar lo reservamos para la intención, la acción voluntaria, el desplazamiento por las obras que hace el ojo, a modo de caricia, de enfoque, de esfuerzo, de atención, incluso de desgano y de distracción, superpone las dos iniciativas y las reúne en un gesto único”, escribe Isola en el texto de sala. Entre ver y mirar, los trabajos seleccionados operan de manera física y a la vez fortuita. Por ese motivo, al entrar en la galería se puede experimentar una fuerte sensación de presencia que, como se sabe, es uno de los atributos del arte de todos los tiempos. La mirada parece un accesorio.
Definida como “un intercambio especular, diferido, alterado, incluso torcido y bizco”, la exposición consagra búsquedas, tentativas personales de mirar y practicar el oficio artístico. Tanto Da Rin como Gómez son artistas reconocidas por el público, y en los últimos años sus imágenes trascendieron la esfera del arte hacia otros campos: editoriales, institucionales y educativos. Las obras de Domínguez y Delfino, cuya circulación tal vez todavía pueda ser calificada como “diferida”, encuentran en la muestra de Quadro un tratamiento justo. En compañía ideal, permiten que la visión se transforme en miradas nuevas.
Maneras de ver, formas de mirar. Hasta mediados de febrero, la muestra se podrá visitar los sábados de 12 a 20 y entre semana con cita previa en Quadro Galería. Agustín R. Caffarena 199 - La Boca (Distrito de las Artes).