Termina enero y los ojos ávidos de historieta se posan en un pequeño pueblo francés. Por las calles que suben y bajan de Angoulême, junto a su pequeño río, hay una multitud que cada año se zambulle en la capital francobelga del noveno arte. Es que entre este jueves y el domingo se realizará la 46º edición del Festival Internacional de la Bande Dessinée, que congrega a autores, editores y lectores de todo el mundo. El festival, uno de los más importantes de Europa -si no el más- es plaza obligada para los editores del mercado francobelga y objetivo fundamental para quienes quieren hacer pie en ese territorio. Es, también, escenario de las tensiones y pujas del campo: es allí donde los autores hacen sus mitines masivos y se unen para reclamar al Ministerio de Cultura galo, allí donde las autoras reclaman visibilidad y allí donde se gestionan acuerdos comerciales.

  Desde hace dos años las autoridades del Festival prometieron que "el público aprendería a ampliar sus horizontes de lectura". Con esa propuesta laxa y de difícil definición se estableció un avance programático en distintas áreas que podría resumirse en: un espacio para cada rincón de mercado. Así, las nominaciones a los premios Fauve, que entrega cada año el encuentro, ganaron en diversidad. Al menos, de no haber ningún álbum de autoras mujeres tres años atrás, este 2019 hay siete. Además, la japonesa Rumiko Takahashi se erigió en la gran ganadora de esta edición, al ser elegida por sus pares como Grand Prix.

  Su victoria no es casual. Y aunque otros japoneses habían alcanzado la distinción es la primera vez que una mangaka lo logra. Es parte de un proceso que lleva a que ahora el tenga su propio pabellón. Como en otros mercados, como Estados Unidos y Argentina, también la llegada del manga fue resistida por los más conservadores del mundillo. Después de años de edición y la aparición de autores jóvenes atravesados por esa estética y sus modos narrativos, de mangakas japoneses premiados en el propio festival e infinidad de pequeños avances, finalmente el estado de cosas se acomodó lo suficiente como para tener un pabellón propio. Una carta de aceptación para el orgulloso segundo mercado más grande del mundo en la disciplina, justamente después de Japón.

  Takahashi se impuso en la votacion final contra el local Emmanuel Guibert y el norteamericano Chris Ware. La japonesa era la más veterana de la terna (61 años) y cuenta en su haber obras como Ranma 1/2, InuYasha o Cuentos de sirenas, todos publicados en la Argentina por Ivrea (el primero) y Larp (los dos siguientes). Ware es un autor fundamental de la historieta independiente contemporánea y uno de los responsables de acercarla al gran público en EE.UU., con su trabajo en diarios y revistas y su abordaje estético atravesado tanto por la línea clara como por el diseño gráfico. Algunas de sus obras se consiguen en Argentina, también. Guibert es menos conocido aquí, pero ganó premios como guionista (en Angouleme 2017), premios de la crítica en su país, y una carrera dedicada a la historieta histórica y documental.

  Este año no hay nominados argentinos, aunque algunos autores nacionales ya anunciaron su presencia en distintos stands con libros publicados allí.  Este año el Festival hizo una selección de editoriales extranjeras y eligió, entre otras, a Hotel de las Ideas, una de las más pujantes a nivel local y que en 2018 comenzó a proyectarse internacionalmente. Al respecto, desde la editorial destacan que "La oportunidad no reside tanto en la participación en la feria de publicaciones, como en la posibilidad de generar reuniones con editores para contratos de compra y venta de derechos para futuros libros" y observan que "Angoulême es una vidriera indispensable para el crecimiento de nuestra editorial y la oportunidad de seguir expandiendo nuestra proyección internacional". Hotel de las Ideas lleva un par de años apuntando a llevar su catálogo al extranjero y el año pasado accedieron a la Feria del Libro de Guadalajara y su par de Frankfurt, entre otros espacios donde la industria pesa más que el vínculo con el lector.

  "La presencia en estas ferias se vincula con nuestra intención de expandir los límites de nuestro circuito historietístico hacia el mercado del libro en general", explican. Hotel de las Ideas cuenta en su catálogo con autores nacionales célebres en el mercado europeo, como José Muñoz y Carlos Sampayo (ambos ganadores del Grand Prix de Angoulême) o Carlos Nine, además de creadores más jóvenes pero ya instalados en ese mercado, como Lucas Varela, Juan Sáenz Valiente o Diego Agrimbau. En siete años, el grupo surgido como colectivo fanzinero, se convirtió en una editorial pequeña pero respetada, con alrededor de 40 libros publicados y varios premios en su haber. Un crecimiento que, ahora, la lleva a uno de los mercados predilectos de quienes se dedican a la historieta de autor.