La querella de víctimas de delitos de lesa humanidad que pasaron por el centro clandestino de detención conocido como “la 205” apeló la decisión del juez federal Daniel Rafecas de apartar del proceso judicial, por razones de salud, al ex subcomisario Walter Acosta, quien estuvo a cargo de ese lugar al menos durante 1976. “Para nosotros, el informe del Cuerpo Médico Forense no da elementos que sostengan que Acosta está en condiciones de ser apartado. Así que apelamos esa decisión y solicitamos que se lo examine de nuevo con más detalle”, dijo el abogado Pablo Llonto a este diario.

Rafecas ordenó detener a Acosta la primera semana de enero, tarea que no pudo concretarse. Lo encontraron en su casa, en cama, con suero y medicado con morfina. Su diagnóstico, que fue ratificado por el Cuerpo Médico Forense, es de cáncer terminal. En base al informe que los forenses oficiales realizaron del estado de salud del ex policía, Rafecas determinó que no estaba en condiciones de afrontar el proceso judicial en su contra y lo apartó momentáneamente. 

“Apelamos la decisión en base a una serie de cuestiones técnicas médicas que consideramos es necesario especificar”, explicó Llonto. Que en el informe patológico del tumor que le extrajeron a Acosta “no dice lo que los médicos forenses dicen que Acosta tiene”, ejemplificó el abogado. Otra de las carencias técnicas tiene que ver con la morfina que está recibiendo el, por el momento, único señalado de haber actuado en la 205. “El informe forense no dice cuánta morfina está recibiendo. Y que reciba morfina no significa que el paciente esté inconsciente o sedado”, añadió. 

Acosta tiene más de 80 años y vive en Ezeiza, muy cerca de donde prestó servicios al terrorismo de Estado. Según su legajo, para la época de la última dictadura estaba destinado a la División Cuatrerismo, en ese vértice del conurbano en el que confluyen los partidos de Esteban Echeverría, La Matanza y Ezeiza. Allí funcionaron los centros clandestinos Brigada Güemes y Omega. El nombre de Acosta apareció mencionado en 1983 por el policía retirado Rodolfo Peregrino Fernández, quien señaló a Acosta como jefe de la 205 y reprodujo algunos de los dichos que éste le contó sobre el lugar, como que “ese campo había sido especialmente edificado en los primeros meses de 1976 bajo su dirección” y que “allí fueron llevadas personas detenidas por los Grupos de tareas 1 y 4”.