La Fundación Gala-Salvador Dalí, que guarda la obra del célebre artista catalán, entró en conflicto con Vancouver Media y Atresmedia, las productoras responsables de La casa de papel. El motivo: el rostro del pintor de La persistencia de la memoria en las máscaras que utiliza el grupo de asaltantes en la exitosa serie. Quienes cuidan el patrimonio de Dalí reclaman que no se les pidió autorización.
Ambas productoras se defendieron con el argumento de que las máscaras fueron diseñadas especialmente para la serie. Además, remarcaron que no se consultó a la Fundación porque, pese a ser el rostro de Dalí, la máscara fue un diseño propio.
"La máscara es un diseño que recuerda a Salvador Dalí, pero un bigote así lo puede llevar cualquiera, aunque Dalí lo popularizase", dijeron desde Atresmedia. Por su parte, Vancouver arguyó que el equipo jurídico había sugerido que no hacía falta un permiso al tratarse de una caricatura.
"No se trata tan solo de un tema económico. Cualquier persona que desee ejercitar o explotar alguno de estos derechos debe contar con la autorización previa de la fundación”, argumentaron desde la Fundación, justo cuando se cumplieron ayer 30 años de la muerte de uno de los artistas icónicos del siglo XX. “Si la fundación tiene conocimiento de que estos derechos se han vulnerado, se intenta reconducir la situación, exigiendo que se regularicen los usos no autorizados", agregaron.
La casa de papel fue un éxito dentro y fuera de España en sus dos temporadas. Emitida por Antena 3 en España, y por Netflix en América Latina, fue un boom durante 2018 en muchos países, entre otros, la Argentina.
Un grupo de asaltantes planea un robo artesanal y milimétrico a la Casa de la Moneda de España, con toma de rehenes incluida. Para tapar sus identidades, los asaltantes ingresan disfrazados con las máscaras que se popularizaron a nivel mundial y que generaron la querella de la Fundación.
El fenómeno de la serie tuvo un alcance tan grande que las máscaras se popularizaron en casas de cotillón y para carnaval prácticamente en todo el mundo, con lo que la imagen de Dalí se viralizó. “La serie ha permitido que el pintor se conozca en puntos del planeta que de otra forma habría sido complicado. Es el mejor marketing para Dalí en todo el mundo”, remataron los responsables de La casa de papel.