En 1993, el asesinato en Liverpool de un nene de dos años a manos de otros dos chicos de 10 conmovió a Gran Bretaña. El video de una cámara de seguridad que mostraba en un shopping al pequeño James Bulger llevado de la mano por Jon Venables, junto a Robert Thompson, tras un descuido de la madre, recorrió los noticieros del mundo. Los niños secuestraron, torturaron y mataron a James. Luego, arrojaron su cuerpo en las vías de un tren. Ahora, el caso llegó al cine, con un documental que retrata aquellos hechos. También llegó al Oscar: la Academia lo acaba de nominar en el rubro cortometrajes. Pero los padres de James lanzaron una campaña contra la cinta y pidieron que sea retirada de las candidaturas: dicen que la pieza “humaniza” a los asesinos y tiene una mirada comprensiva hacia ellos.
El corto, de 30 minutos, fue realizado por el director irlandés Vincent Lambe. Con el título “Detainment” (Detención), fue presentado como una “historia real basada en las transcripciones de los interrogatorios (con la policía) y de las grabaciones”.
Los padres de James Bulger, Denise Fergus y Ralph Bulger, piden al director que retire su cortometraje de la carrera para el Oscar y que renuncie a su distribución. “Le decimos a Vincent Lambe, ya que postula para el Oscar, que se retire él y que retire su película de la esfera pública”, declaró Ralph Bulger.
“Una cosa es hacer una película sin contactar o pedir la autorización de la familia de James y otra es hacer a un niño interpretar las últimas horas de la vida de James antes de que fuera brutalmente asesinado y hacer revivir todo eso de nuevo a mí y a mi familia”, tuiteó la madre del pequeño, que dijo estar “muy enfadada y conmocionada”.
Una petición para que se retire el filme de la lista de las nominaciones había reunido más de 112.000 firmas. Según un texto publicado por Lisa Young, que lanzó esta iniciativa en el sitio Change.org, la Academia “no escuchó en absoluto la indignación e ignoró por completo esta petición”.
La investigación del caso generó en su momento una polémica adicional: los chicos que mataron a James fueron tratados como adultos, interrogados bajo esa premisa y finalmente juzgados y condenados como tales. Justamente, el corto se centra en los interrogatorios a los que fueron sometidos, a partir de audios y transcripciones de la causa.
El padre del pequeño, Ralph Bulger, sostuvo ante el Daily Mirror: “Acepto que es un asesinato de tal magnitud que siempre se escribirá y se hablará de ello en las noticias, pero hacer una película tan comprensiva con los asesinos de James es devastador”. “Vi muchos documentales y noticias sobre el tema pero nunca me sentí tan ofendido por nada que mostrara tan poca compasión hacia James y su familia”.
En 2001, cuando cumplieron 18 años, los dos condenados fueron puestos en libertad condicional, bajo nuevas identidades para evitar que sufrieran represalias. Esa liberación generó renovadas críticas de la familia, que considera que nunca se hizo justicia.
Vincent Lambe les pidió disculpas a los padres por no haberlos informado antes de la película. A través de Twitter, explicó que no lo hizo porque buscaba un punto de vista imparcial. Y se defendió de las críticas de que el corto “humaniza” a los asesinos: “Si no podemos aceptar que son seres humanos, nunca seremos capaces de entender qué les llevó a cometer un crimen tan horrible. La única manera de prevenir que algo así ocurra en el futuro es entendiendo las causas”.
A Robert Thompson, la nueva polémica lo encuentra, con el nombre cambiado, en libertad. No así a Jon Venables: en febrero de 2018 fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por posesión de pornografía infantil. En 2010, ya había sido condenado a dos años de prisión por el mismo delito al término de un juicio en el que se declaró culpable.