El número uno del ranking ATP, el serbio Novak Djokovic dio un paso más ayer en su búsqueda del récord de siete títulos en el Abierto de Australia tras barrer al francés Lucas Pouille (28) por 6-0, 6-2, 6-2, con lo que pasó a la final que jugará mañana (5.30 de la Argentina) contra el español Rafael Nadal.

Nole cometió solo cinco errores no forzados y afrontará su duelo número 53 contra Nadal y el octavo en una final de Grand Slam. “Es definitivamente uno de mis mejores partidos en esta pista”, afirmó Djokovic, que logró 24 golpes ganadores y juega su primera final en Australia desde 2016, cuando ganó el título. “Todo funcionó de la forma que imaginé, e incluso mejor”, añadió el serbio.

Djokovic había perdido en cuarta ronda el año pasado en Melbourne, tras haber sido intervenido quirúrgicamente en un codo y estar en baja forma hasta que ganó Wimbledon y su temporada dio un giro positivo. “Era extremadamente improbable hace doce meses que me encontrara donde me encuentro ahora, un año después”, afirmó el serbio. “Pero como he dicho en el pasado, siempre tengo mucha confianza en mí mismo, y creo que tener autoestima es algo que es bueno”, añadió.

El español regresó al circuito de la mejor manera posible, con triunfos en un Grand Slam.

Djokovic estaba fresco contra Pouille porque su rival en cuartos de final, el japonés Kei Nishikori, había abandonado tras 51 minutos de juego. Controló desde el principio el partido contra el francés, quien había necesitado más de tres horas para derrotar al canadiense Milos Raonic en cuartos de final.

En 2012, Djokovic y Nadal disputaron la final más larga de un Grand Slam en el Australian Open, cuando el serbio ganó una épica batalla en cinco sets, tras 5 horas y 53 minutos de juego, por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5), 7-5. Ayer, en su semifinal número 34 de Grand Slam, necesitó sólo 83 minutos para superar a su habitual compañero de entrenamientos, Pouille, que jugaba su primera semifinal de un torneo mayor.

El jueves, Nadal arrasó también en semifinales al joven griego de 20 años, Stefanos Tsitsipas, frente al que solo cedió seis juegos, para ganar en 1 hora y 46 minutos, por 6-2, 6-4, 6-0. El español tiene una ventaja de cuatro victorias y tres derrotas frente a Djokovic en finales de Grand Slam, incluidos sus tres partidos desde aquel duelo maratoniano en el Melbourne Park de hace siete años.

Una victoria para Nadal lo convertiría en el primer jugador de la Era Abierta en ganar al menos dos veces los cuatro títulos del Grand Slam, mientras que un triunfo de Djokovic permitiría al serbio dejar atrás a al suizo Roger Federer y al australiano Roy Emerson, que han ganado seis veces en Australia, y colocarse con un récord de siete trofeos.

Djokovic, que tiene asegurado el número uno mundial en el ranking de la ATP al término del Abierto de Australia, busca su decimoquinto triunfo en un torneo de Grand Slam, en su 24ª final de un torneo mayor, mientras que Nadal tratará de lograr su decimoctava corona en un grande en su 25ª final.

El serbio dejó escapar dos sets en sus seis partidos disputados hasta ahora en la presente edición del Abierto de Australia, uno frente al joven canadiense Denis Shapovalov (27) en tercera ronda, el otro frente a ruso Daniil Medvedev (19) en octavos de final; el español, por su parte, no ha perdido ningún set hasta ahora, lo que no le había pasado nunca en Melbourne.

En la madrugada de hoy (5.30 de la Argentina) Se definirá la final del cuatro femenino entre la japonesa Naomi Osaka y a la checa Petra Kvitova.